Privatización de Codelco

Una vez electo, Piraña no esperó un segundo para mostrar la hilacha. ¿Creen ustedes que se refirió al combate contra la delincuencia? ¡Noooo!; ¿a la creación de un millón de empleos? ¡Noooo!; ¿a mejorar la educación y la salud? ¡Noooo! ¿al bono de marzo? ¡Noooo!. Al día siguiente de ganar la presidencial, Piraña habló de privatizar un porcentaje importante de Codelco, la empresa que en los últimos años aportó miles de millones de dólares para que la “concertraición” sustentara su agenda social y también para que pudiese alimentar a todos aquellos que, enquistados en ministerios y demás reparticiones públicas, se dedicaban al desposte del animal y hacían de la “conchupancia” su principal medio de vida, sin dejar de lado por supuesto, los CVA (¿cómo voy ahí?), las “coimisiones”, los sobresueldos, los “honorarios” y otros, tan utilizados durante 20 años de gobierno.
Si bien es cierto que los “concertraicionistas” agarraron a manos llenas en Chilerecortes, Ferrocarriles, el MOP y en una larga lista de negociados ampliamente difundidos en la prensa nacional, la derecha y su manga de destinados no son vulgares gatos de campo. Por el contrario, se trata de una tropa de langostas de una voracidad insaciable. De un puro pencazo pretenden llevar miles de millones de dólares a sus arcas, de seguro el recientemente electo será beneficiado a través de los infaltables palos blancos. ¿La chiva?, la misma de siempre, la ineficiencia del Estado para administrar empresas, al contrario de la empresa privada, eficiente en la gestión y en la maximización de utilidades, esa eficiencia que han mostrado tantas veces quebrando el país y sirviéndose del Estado para que los salve. Últimos ejemplos: el quiebre de la banca en 1982 y la crisis de las salmoneras de reciente data.
Como será la poca preocupación de Piraña en el tema de la educación, que acaba de nombrar como Ministro de “Enducación” ni más ni menos que al mismísimo Joaquín “Tontín” quien de seguro se apresta a vender cuánta escuela se ponga en su camino, tal como vendió el agua de las piletas y fuentes públicas cuando fue alcalde de Santiago. Es decir, si la “enducación” en Chile es mala, “Tontín” asegura en un cien por ciento transformarla en pésima.
Por si fuera poco, “Supercoloro” es nombrado Ministro de Defensa, haciéndole honor a su condición de “concertraicionista” y pasándose sin vergüenza a las filas “pirañistas”.
Podría seguir, pero debo dejar un espacio a mi perro Horacio, quién llama a los trabajadores del cobre a prepararse para defender Codelco de la voracidad empresarial comandada por Piraña, que no puede soportar que se generen enormes ganancias para todos los chilenos cuando podrían fácilmente ser sólo para unos pocos, es decir, para los dueños del país. Sagazmente se pregunta mi cuadrúpedo si el problema es la administración ¿por qué tiene que cambiar la propiedad?, ¿no bastaría con cambiar la administración de la empresa y llamar a colaborar a esos profesionales jóvenes y capaces que dicen los desatinados que poseen a raudales?. En última instancia dice mi perro, la culpa es de los “concertraicionistas”, que preocupados de mamar hasta la saciedad y hasta que se secara la teta, no les interesó elegir un mejor candidato, conformándose con presentar al más FOME de todos y dejándole la presidencia en bandeja al lobo vestido con piel de cordero. Termina mi perro Horacio llamando a los tres diputados comunistas para que desde el Parlamento alcen su voz en defensa de las precarias conquistas sociales logradas en los últimos años, ya que los guadañazos que preparan los desatinados de la derecha serán tupidos y parejos. Sin apartador.