Chiledeportes
No tenía idea que mi abuelita de 93 años era atleta. Es más, ni siquiera me enteré que el último trimestre del 2005, viajó a Finlandia a un mundial super senior de atletismo y conquistó una medalla de oro en salto con garrocha, con una marca impensada para su edad, ya que logró cruzar la barrera de los cinco metros con sesenta centímetros al segundo intento. Me enteré de este sensacional logro revisando uno de los proyectos auditados por la Contraloría a Chiledeportes, donde se da cuenta del ínfimo costo que la hazaña le significó al país, apenas cuarenta millones de pesos, los que se gastaron en alimentación especial para mi abuelita, entrenador personal, pasaporte, pasajes aéreos, estadía y una pértiga de fibra de carbono, la que ayudó para que la madre de mi padre se pegara el tremendo salto.
Después de ver el informe, me dirigí raudo a la casa de los viejos para que me contaran todos los detalles de esta singular proeza, sobre todo considerando la edad de mi abuelita, su diabetes, hipertensión arterial y sus ochenta y cuatro kilos, que apenas caben en el metro y cuarenta y ocho centímetros que ella mide, males que la tienen desde hace tres años confinada a una silla de ruedas.
No quedó saciada mi curiosidad, ya que mi abuelita no se acuerda de su participación en el mundial. ¿No será que ahora también tiene Alzheimer?. Tampoco se acuerda de haber viajado y no quiere reconocer que tomó la garrocha y brincó como niña de quince. De lo único que se acuerda es que asistió a la Unidad Vecinal de su sector, donde Chiledeportes hizo entrega de cinco camisetas a unas chiquillas que viajarían a Rengo a representar a la población en un juego del que no sabe el nombre y que unos funcionarios de la “repartición” pública le pidieron datos personales con el objeto de que el candidato concertraicionista a diputado la visitara en su casa en algunos días.
¿No será que existe alguna “irregularidad”, alguna confusión o equívoco? Es probable, ya que los documentos informan que la viejecita viajó acompañada de don Filomeno Picó de la Huerta, en su calidad de presidente de la Federación Nacional de Tragadores de Ají Cacho de Cabra, más conocida como FENATRACACA y que se desembolsaron otros veinte millones de pesos por su asistencia al mundial mencionado. El domicilio de la Federación figura como Avenida del Silencio, Mausoleo Nº 8, ya que don Filomeno murió atragantado participando en un campeonato de la especialidad realizado en Aculeo durante 1999. En la localidad del deceso también se llevan a cabo otras competencias que no es del caso mencionar.
He puesto estos antecedentes a disposición del organismo público para que explique a donde fueron a parar los sesenta millones y me respondieron que no me preocupe, ya que sólo se trata de un “error administrativo” y que me contestarán el día del níspero en la tarde, seguramente por intermedio de don Filomeno.
Mi perro Horacio, sin un cobre para comprarse un par de zapatos de fútbol, no se traga lo de las irregularidades o los errores administrativos. Derechamente, ladra a todo hocico contra los ladrones, sinvergüenzas, estafadores, desgraciados e infelices que roban a diestra y siniestra las platas del Estado destinadas a fomentar las prácticas deportivas de los más pobres, con engaños burdos y faltos de inteligencia e imaginación. Es decir, comenta mi perro, no sólo son delincuentes y rateros de poca monta, sino que además son estúpidos e imbéciles, incapaces de tirar las manos de manera más astuta, talvez amparados por la falta de fiscalización (si es que existe) o por que están metidos todos en el mismo saco. Estos son los mismos que abominan del sátrapa, pero a la hora de delinquir, el maldito es su héroe, ya que se llevó el “tellebi” a manos llenas y se han demorado bastante más que a sus discípulos de Chiledeportes en descubrirlo. Por último y suspicazmente, Horacio pregunta si la presencia, registrada por SPN, de Ricardo Froilán en la final de tenis del domingo en España, ¿sería financiada con platas del organismo encargado del deporte en Chile y donde pululan los gatos de campo?
Después de ver el informe, me dirigí raudo a la casa de los viejos para que me contaran todos los detalles de esta singular proeza, sobre todo considerando la edad de mi abuelita, su diabetes, hipertensión arterial y sus ochenta y cuatro kilos, que apenas caben en el metro y cuarenta y ocho centímetros que ella mide, males que la tienen desde hace tres años confinada a una silla de ruedas.
No quedó saciada mi curiosidad, ya que mi abuelita no se acuerda de su participación en el mundial. ¿No será que ahora también tiene Alzheimer?. Tampoco se acuerda de haber viajado y no quiere reconocer que tomó la garrocha y brincó como niña de quince. De lo único que se acuerda es que asistió a la Unidad Vecinal de su sector, donde Chiledeportes hizo entrega de cinco camisetas a unas chiquillas que viajarían a Rengo a representar a la población en un juego del que no sabe el nombre y que unos funcionarios de la “repartición” pública le pidieron datos personales con el objeto de que el candidato concertraicionista a diputado la visitara en su casa en algunos días.
¿No será que existe alguna “irregularidad”, alguna confusión o equívoco? Es probable, ya que los documentos informan que la viejecita viajó acompañada de don Filomeno Picó de la Huerta, en su calidad de presidente de la Federación Nacional de Tragadores de Ají Cacho de Cabra, más conocida como FENATRACACA y que se desembolsaron otros veinte millones de pesos por su asistencia al mundial mencionado. El domicilio de la Federación figura como Avenida del Silencio, Mausoleo Nº 8, ya que don Filomeno murió atragantado participando en un campeonato de la especialidad realizado en Aculeo durante 1999. En la localidad del deceso también se llevan a cabo otras competencias que no es del caso mencionar.
He puesto estos antecedentes a disposición del organismo público para que explique a donde fueron a parar los sesenta millones y me respondieron que no me preocupe, ya que sólo se trata de un “error administrativo” y que me contestarán el día del níspero en la tarde, seguramente por intermedio de don Filomeno.
Mi perro Horacio, sin un cobre para comprarse un par de zapatos de fútbol, no se traga lo de las irregularidades o los errores administrativos. Derechamente, ladra a todo hocico contra los ladrones, sinvergüenzas, estafadores, desgraciados e infelices que roban a diestra y siniestra las platas del Estado destinadas a fomentar las prácticas deportivas de los más pobres, con engaños burdos y faltos de inteligencia e imaginación. Es decir, comenta mi perro, no sólo son delincuentes y rateros de poca monta, sino que además son estúpidos e imbéciles, incapaces de tirar las manos de manera más astuta, talvez amparados por la falta de fiscalización (si es que existe) o por que están metidos todos en el mismo saco. Estos son los mismos que abominan del sátrapa, pero a la hora de delinquir, el maldito es su héroe, ya que se llevó el “tellebi” a manos llenas y se han demorado bastante más que a sus discípulos de Chiledeportes en descubrirlo. Por último y suspicazmente, Horacio pregunta si la presencia, registrada por SPN, de Ricardo Froilán en la final de tenis del domingo en España, ¿sería financiada con platas del organismo encargado del deporte en Chile y donde pululan los gatos de campo?
realizado por Patricio Cuadra a las 9:10 AM
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