Pobre caminante
A propósito del “Chantantiago, han aparecido los primeros semáforos exclusivamente peatonales en varias estaciones del Metro. No piense que ésta es una acción improvisada a partir de las aglomeraciones y atochamientos que diariamente deleitan al santiaguino de a pie. ¡No, nada de eso!, se trata de un ambicioso plan destinado a crear un moderno y sofisticado sistema de transporte peatonal que ordenará ¡definitivamente! el andar de todos y cada uno de los transeúntes metropolitanos. A partir del 10 de febrero del 2008, cada habitante de la capital deberá contar con una licencia clase A, B o C para meter chala por las veredas de la ciudad. En estos precisos instantes se prepara la señalización (“señalética” para unos cuantos cretinos del lenguaje) necesaria para la puesta en marcha. La gente debe informarse sobre los recorridos de treinta cuadras que deberá hacer para llegar al respectivo alimentador, pues algunas veredas tendrán sentido único y es falta grave circular en contra del flujo peatonal. Una importante empresa extranjera ganó la licitación para fabricar los cascos con las correspondientes luces de viraje, necesarias para doblar en cada esquina, ya sea a la izquierda (¡ojalá!) o la derecha (Dios nos guarde y nos favorezca); luces que anuncien detención en medio de la acera y luces de retroceso cuando proceda.
Como estamos en los umbrales de pertenecer al primer mundo, los cascos tendrán GPS, lo que permitirá ubicar a los caminantes dondequiera que se encuentren, incluso donde la “Vieja Peluda” un clandestino famoso por los monumentales golpes al hígado que todos los viernes se mandan los parroquianos del sector.
Aunque existirá un período de gracia, habrá que cuidarse de caminar a exceso de velocidad, pues se trata de una falta gravísima, con multas por sobre los sesenta mil pesos y retiro de la licencia peatonal, lo que puede ocasionar que el infractor deba quedarse hasta treinta días dentro de su casa. Por si esto fuera poco, deberá cancelar una indemnización a su empleador, si es que lo tiene, ya que el plan no puede afectar el “legítimo” 30 o 40 por ciento de rentabilidad por sobre el capital invertido. Si va a caminar, no beba, si bebe, no camine, ya que si un pacomio lo sorprende caminando en estado de ebriedad, será detenido y condenado a treinta días de cárcel, retiro de la licencia, multa y anotación en el registro nacional de caminantes.
Para que el plan resulte, se deben ampliar veredas, reparar y reponer la mayoría a un costo de varios miles de millones de dólares y el Estado no puede según Malasco intervenir en negocios donde los privados la cortarían a cincel, incluso después de descontar lo gastado en “coimisiones”, razón por la cuál se privatizarán aceras en importantes avenidas. Enmarcado dentro del plan Chile Invierte, se convocará a empresas extranjeras, preferentemente colombianas o españolas para que desarrollen el proyecto, asegurando el Estado, obviamente, somos un país “serio”, una rentabilidad mínima, más aún si se sabe que no faltarán los inadaptados que buscarán las maneras de caminar gratis evitando el pago del peaje. El plan contempla instalar validadores en cada puerta de calle de todos los hogares chilenos, el pobre caminante recibirá su TPM (tarjeta peatonal metropolitana) y durante los dos primeros meses, monitores altamente calificados ayudarán en las horas punta al normal desplazamiento. Los inescrupulosos que pretendan caminar por los patios o por los techos de las casas de los vecinos o inventen artefactos para volar sin pisar veredas, serán denunciados y obligados a pagar 40 veces el valor de lo defraudado.
Mi perro Horacio, qué cansado va, agrupa a partir de este momento a toda la población en el Comité de Usuarios e instaura el 10 de febrero como el día del joven caminante, manifiesta fuertes sospechas de que no se trata de una simple invención, pues los políticos y técnicos concertraicionistas, junto a sus secuaces de la derecha, es seguro que tienen en carpeta el proyecto. Horacio, vaga por las calles, buscando su amor, basa su afirmación en el hecho irredargüible (como dijo el pestañas de chancho) de la privatización de la salud, de la educación, de la energía, de las cárceles, el agua, los teléfonos, el alcantarillado (es decir, ni la mierda nos pertenece), las carreteras, las calles urbanas y cuanto a usted se le ocurra, por lo que no sería de extrañar que pronto tengamos que pagar por el sol que a veces nos calienta y por el aire que respiramos. Como águila herida, su nido dejó, por esa perrita que lo abandonó.
Como estamos en los umbrales de pertenecer al primer mundo, los cascos tendrán GPS, lo que permitirá ubicar a los caminantes dondequiera que se encuentren, incluso donde la “Vieja Peluda” un clandestino famoso por los monumentales golpes al hígado que todos los viernes se mandan los parroquianos del sector.
Aunque existirá un período de gracia, habrá que cuidarse de caminar a exceso de velocidad, pues se trata de una falta gravísima, con multas por sobre los sesenta mil pesos y retiro de la licencia peatonal, lo que puede ocasionar que el infractor deba quedarse hasta treinta días dentro de su casa. Por si esto fuera poco, deberá cancelar una indemnización a su empleador, si es que lo tiene, ya que el plan no puede afectar el “legítimo” 30 o 40 por ciento de rentabilidad por sobre el capital invertido. Si va a caminar, no beba, si bebe, no camine, ya que si un pacomio lo sorprende caminando en estado de ebriedad, será detenido y condenado a treinta días de cárcel, retiro de la licencia, multa y anotación en el registro nacional de caminantes.
Para que el plan resulte, se deben ampliar veredas, reparar y reponer la mayoría a un costo de varios miles de millones de dólares y el Estado no puede según Malasco intervenir en negocios donde los privados la cortarían a cincel, incluso después de descontar lo gastado en “coimisiones”, razón por la cuál se privatizarán aceras en importantes avenidas. Enmarcado dentro del plan Chile Invierte, se convocará a empresas extranjeras, preferentemente colombianas o españolas para que desarrollen el proyecto, asegurando el Estado, obviamente, somos un país “serio”, una rentabilidad mínima, más aún si se sabe que no faltarán los inadaptados que buscarán las maneras de caminar gratis evitando el pago del peaje. El plan contempla instalar validadores en cada puerta de calle de todos los hogares chilenos, el pobre caminante recibirá su TPM (tarjeta peatonal metropolitana) y durante los dos primeros meses, monitores altamente calificados ayudarán en las horas punta al normal desplazamiento. Los inescrupulosos que pretendan caminar por los patios o por los techos de las casas de los vecinos o inventen artefactos para volar sin pisar veredas, serán denunciados y obligados a pagar 40 veces el valor de lo defraudado.
Mi perro Horacio, qué cansado va, agrupa a partir de este momento a toda la población en el Comité de Usuarios e instaura el 10 de febrero como el día del joven caminante, manifiesta fuertes sospechas de que no se trata de una simple invención, pues los políticos y técnicos concertraicionistas, junto a sus secuaces de la derecha, es seguro que tienen en carpeta el proyecto. Horacio, vaga por las calles, buscando su amor, basa su afirmación en el hecho irredargüible (como dijo el pestañas de chancho) de la privatización de la salud, de la educación, de la energía, de las cárceles, el agua, los teléfonos, el alcantarillado (es decir, ni la mierda nos pertenece), las carreteras, las calles urbanas y cuanto a usted se le ocurra, por lo que no sería de extrañar que pronto tengamos que pagar por el sol que a veces nos calienta y por el aire que respiramos. Como águila herida, su nido dejó, por esa perrita que lo abandonó.
Nota: Mi perro Horacio también recibe comentarios en pcuadrav@yahoo.com
2 Comments:
En Febrero leía con entusiasmo en la prensa como se implementaba el transantiago y confiaba en que los capitalinos le darían una lección de educación cívica al mundo. Todo este optimismo se debía a que estaba a casi 1000 kilometros de la capital,a bordo de mi yate,el Casimiro III, luciendo una guayabera y con un martini en la mano.
Bueno,llegó la hora de volver y la ilusión se acabó. La primera sospecha: elegir como símbolo de la campaña de información a un futbolista analfabeto y a unos imbéciles disfrazados de mimos no me pareció la decisión más inteligente, más “profesional”. Al menos ahora algo han hecho al respecto, reemplazaron los afiches de los mimos por unos donde aparece un hombre con facha de profesor estricto y hasta con cara de mal aliento, que con semblante arisco invita a dejar bajar antes de subir y todo eso.
Y en los noticieros aparecían reportajes sobre el transporte público colombiano, como si Colombia fuese buen ejemplo de algo,o Singapur,donde todo funciona perfectamente pero a uno lo pueden agarrar a correazos si no se tapa la boca al bostezar, nada más distante a nuestra realidad. En fin,el que se sorprende peca de ingenuo y casi idiota, así funcionan las cosas aquí, se planifica de la peor forma posible, se gasta la mayor cantidad de dinero y después se espera a que todo se solucione espontáneamente. Eso es Chile, la informalidad por antonomasia.
A dos meses del inicio de esta mega evolución hacia el primer mundo mi diagnóstico es desolador: ni Kafka hubiese sido capaz de atormentar tanto a sus personajes como lo han hecho estos malditos tecnócratas con el chileno peatón. A pesar de todo aún conservo un atisbo de esperanza, básicamente porque reconozco aspectos positivos, al fin la tierra se tragó a ese payaso fome que se subía con un sopapo y una tapa de water a realizar una rutina tan vieja que seguramente ya aparecía dibujada en una pintura rupestre del Pleistoceno, o ese hombre de la mano inmensa. Eso se agradece.
Creo que la única solución a las aglomeraciones y a la tensión que se respira en cada micro o vagón es que esas líneas de colores que señalan dirección en el suelo de las estaciones de metro desembocaran en un hospital siquiátrico, un vertedero o un abismo en llamas. Esa es mí propuesta a las autoridades, y si quieren se la atribuyen como propia, a mí me da lo mismo.
que buen proyectoooo.... ojalá que lo alcancen a implementar cuando las veredas concesionadas aun esten ripiadas, asi podremos optar a caminar gratis por ellas durante 3 meses... no!... mejor por 6 meses... que bueno... y lo del casco con GPS me parece un poco engorroso pero si es lo que dice el proyecto... a todo esto, la coordinacion de los GPS's la hará "ESAONDA" o "TIMM"?
y donde puedo conseguir mi TPM?...
y si le quiero regalar una PLR a la concerta tendre que votar por Piñera?
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