Thursday, April 30, 2009

Sanación a la Paraguaya

Nos enteramos con mi perro que el actual presidente del Paraguay y ex obispo de la Iglesia Católica, engendró, mientras vestía hábitos obispales, alrededor de diecisiete hijos con mujeres menores de veinte años y fervientes católicas (dije fervientes, no calientes), las que acudían en busca del perdón de parte de tan importante autoridad eclesiástica. Dicen que el curita honraba su nacionalidad y exigía sin más trámite una “paraguaya”, comenzando más o menos así: has pecado, hija mía, pero en vez de pedirte que reces diez padres nuestros y quince ave marías, el señor me ha ordenado, sobre todo si tienes entre quince y diecinueve años (y más encima super rica, perdóname señor) que te castigue con el “instrumento”, el que en este mismo momento se empieza a preparar para aplicártelo y que penetre en tu cuerpo, así como lo manda la ley divina. Permite que en este momento me saque la sotana y además me baje los pantalones, sólo soy un pobre siervo del señor haciendo su voluntad. Muéstrame las “teterudas” hija mía y verás como se prepara la ira celestial para castigarte y también para sanarte de tus pecados. ¡Toca el “instrumento”, querida muchacha!, ¡besa el “instrumento” que ya está en su máxima dimensión y potencia para penetrar en tu cuerpo y mostrarnos el paraíso! Así, así, gracias Dios mío, castígala pero también perdónala… Súbete los calzones criatura del señor, cubre esos exquisitos “senadores”, fuente de pecado pero también de dicha infinita, ¡alabado sea el señor!... Pero señor Obispo, sospecho que usted me ha deshonrado, es decir, me ha culeado bien culeada. ¡Oh!, bendita gracia divina, arrodíllate y da gracias a Dios, pues aparte de perdonar tus pecados, te ha bendecido con el don de la adivinanza. Ahora vete y reza dos actos de contrición, pues en media hora debo decir misas y seguir por el camino de la salvación de almas.
Desde luego, no faltaron aquellas pecadoras que quisieron volver a pecar para que el “instrumento” las sanara por segunda vez, pero el obispo les informó que el señor había ordenado que esta gracia se recibiera por una sola vez en la vida, sobre todo si la favorecida se conservaba en estado virginal.
Con razón, algunos compatriotas han llamado a su actual presidente el “padre de la patria, pero lo que preocupa en este caso, es que sus superiores en la iglesia guaraní, supieron de estos sacrificios del obispo y sólo lo reprendieron, pidiéndole que tuviera más cuidado y evitara la paternidad a cambio de que les contara con lujo de detalles la aplicación de estos “sufridos” castigos. Dicen las malas lenguas que más de uno de estos “ensotanados” discípulos de Jesús ponía los ojos blancos al conocer de propia boca del Obispo Lugo sus celestiales poderes de sanación.
Mi perro Horacio, con una sotana negra como el carbón y una biblia bajo el brazo, ha encontrado la forma de conquistar ¡por fin! a unas beatas perritas, las mismas que a la fecha no le daban la pasada, preocupadas de condenarse para siempre en el infierno. Con este atuendo, dice mi sacrílego perro, ha tenido más “perreos” que nunca en su vida, debido a que a las féminas, al parecer, les encanta el sabor de lo prohibido. No condena mi perro al obispo, ya que por lo menos les dio “guaraca” a las muchachas tal como lo manda natura, demostrando que se trata de un hombre hecho y derecho, a diferencia de tanto curita maricón, pedófilo y “degenereque”, los que llevan a cabo sus indecencias al amparo de su ministerio y desgraciando la vida de muchos niños y adolescentes. Lo peor de todo, dice mi satánico can, es que la Santa Madre Iglesia Católica hace grandes esfuerzos para proteger a estos insanos, evitando en algunos casos que la mano de la justicia los alcance. Aboga mi perro por el término del celibato pues atenta contra la naturaleza misma del ser humano. En resumen: ¡a casarse los curas y los maricones y pedófilos fuera de los templos, Amén!

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