la revolución de Tontín
Es cierto. Dicen que Piraña nombró a la señora Von Baer vocera de gobierno porque a muchos udiosos les trae reminiscencias de la amante de Hitler, la que murió junto a su adorado Führer en el bunker. Cuando observan a la señora declarando a favor del gabinete empresarial, ¡lloran de alegría!...
Estos ministros de excelencia traen una nueva forma de hacer las cosas, aportando su experiencia, adquirida en el mundo de los negocios. Ejemplo de lo anterior es el ministro de minería, desde su cargo de gerente de una cadena de supermercados trae novedosas ideas para colocar los “productos nacionales” en los mercados internacionales. Por lo pronto, debutará con la campaña del dos por uno. ¡Compre una tonelada de cobre y llévese la segunda gratis! Promoción válida sólo por el mes de marzo y para los clientes que cancelen al contado. Se entregará a los países compradores una tarjeta de crédito y un sistema para juntar puntos, que podrán cambiar por diversos minerales y también por viajes gratis en LAN a lujosos “resorts” nacionales. Por cada diez toneladas del metal rojo, tiene la opción de un 50% de rebaja en la compra de hierro. Sólo para clientes que posean tarjeta de crédito. No olvides, minera Jumbo Chile te da más.
Pero donde viene la verdadera revolución silenciosa es en educación. En esa cartera, Joaquín Tontín afina un extraordinario e inteligentísimo programa de estudios que situará a Chile en el primer lugar de sabiduría, innovación, emprendimiento y también riqueza.
De partida, se terminan las escuelas en su forma tradicional. Se instalarán en su remplazo, oficinas donde el educando, con cinco años y ocho meses, podrá inscribirse y recibir la suma de un millón de pesos de libre disposición. Profesionales jóvenes de excelencia han estado preparándose durante 50 años y ahora elaboran grupos de palabras, sumas, restas, lecturas, preguntas de historia y todas las materias contenidas en los distintos años lectivos. Cuando el alumno quiera, concurrirá a cualquier oficina y rendirá su grupo de palabras, sumas, restas o multiplicaciones, materias como historia, geografía, química, física, etc. Por cada grupo rendido recibirá un pago, se estima que una palabra escrita y leída correspondiente a primero básico tendrá un costo de $100 (una gamba) aproximadamente, dependerá del déficit o superávit fiscal. Además, recibirá puntaje por cada grupo aprobado satisfactoriamente. Cuando reúna el puntaje necesario, podrá cambiarlo por un certificado de aprobación de curso.
Según Tontín, este sistema paga por aprender y no por enseñar como ha sido hasta ahora, ya que el sistema actual permite todo tipo de arreglines y existen corporaciones y personas naturales que se han enriquecido hasta la tusa gracias al perverso sistema educativo actual donde los que enseñan son los mismos que controlan, sin que nadie los controle a ellos. El sistema combatirá la cesantía, pues los “broca cochi” tendrán “tellebi” para pagarles a sus padres cuando les ayuden con cada grupo de materias. Por si fuera poco, disminuirá la delincuencia infantil y juvenil, ya que los muchachos tendrán “moneas” a destajo, sólo tendrán que repasar los textos y partir a la oficina a rendir y cobrar. Si se produce cesantía entre los profesores, bueno, para hacer tortillas hay que quebrar huevos, como dicen los doctores en economía después de treinta años de profundos y complicados estudios. ¡treinta años para tamaña imbecilidad!
No podía ser de otra manera, mi obstinado perro Horacio está en contra de este novedoso y único sistema. En primer lugar, dice mi cuadrúpedo, no es tan novedoso, en Japón se les paga a las Isapre cuando el cliente está sano, por eso andan detrás de las personas para atenderlas y en segundo lugar, opina que el sistema, como todo en Chile, también es corruptible y no sería raro ver en el corto plazo, magisters y doctores en las más variadas materias, con edades entre los ocho y diez años, fundamentalmente en sectores que hasta ahora no saben hacer la letra “o” ni con una hallulla. En el próximo artículo, se compromete mi perro a explicar como se logrará este verdadero milagro de la educación chilena.
Estos ministros de excelencia traen una nueva forma de hacer las cosas, aportando su experiencia, adquirida en el mundo de los negocios. Ejemplo de lo anterior es el ministro de minería, desde su cargo de gerente de una cadena de supermercados trae novedosas ideas para colocar los “productos nacionales” en los mercados internacionales. Por lo pronto, debutará con la campaña del dos por uno. ¡Compre una tonelada de cobre y llévese la segunda gratis! Promoción válida sólo por el mes de marzo y para los clientes que cancelen al contado. Se entregará a los países compradores una tarjeta de crédito y un sistema para juntar puntos, que podrán cambiar por diversos minerales y también por viajes gratis en LAN a lujosos “resorts” nacionales. Por cada diez toneladas del metal rojo, tiene la opción de un 50% de rebaja en la compra de hierro. Sólo para clientes que posean tarjeta de crédito. No olvides, minera Jumbo Chile te da más.
Pero donde viene la verdadera revolución silenciosa es en educación. En esa cartera, Joaquín Tontín afina un extraordinario e inteligentísimo programa de estudios que situará a Chile en el primer lugar de sabiduría, innovación, emprendimiento y también riqueza.
De partida, se terminan las escuelas en su forma tradicional. Se instalarán en su remplazo, oficinas donde el educando, con cinco años y ocho meses, podrá inscribirse y recibir la suma de un millón de pesos de libre disposición. Profesionales jóvenes de excelencia han estado preparándose durante 50 años y ahora elaboran grupos de palabras, sumas, restas, lecturas, preguntas de historia y todas las materias contenidas en los distintos años lectivos. Cuando el alumno quiera, concurrirá a cualquier oficina y rendirá su grupo de palabras, sumas, restas o multiplicaciones, materias como historia, geografía, química, física, etc. Por cada grupo rendido recibirá un pago, se estima que una palabra escrita y leída correspondiente a primero básico tendrá un costo de $100 (una gamba) aproximadamente, dependerá del déficit o superávit fiscal. Además, recibirá puntaje por cada grupo aprobado satisfactoriamente. Cuando reúna el puntaje necesario, podrá cambiarlo por un certificado de aprobación de curso.
Según Tontín, este sistema paga por aprender y no por enseñar como ha sido hasta ahora, ya que el sistema actual permite todo tipo de arreglines y existen corporaciones y personas naturales que se han enriquecido hasta la tusa gracias al perverso sistema educativo actual donde los que enseñan son los mismos que controlan, sin que nadie los controle a ellos. El sistema combatirá la cesantía, pues los “broca cochi” tendrán “tellebi” para pagarles a sus padres cuando les ayuden con cada grupo de materias. Por si fuera poco, disminuirá la delincuencia infantil y juvenil, ya que los muchachos tendrán “moneas” a destajo, sólo tendrán que repasar los textos y partir a la oficina a rendir y cobrar. Si se produce cesantía entre los profesores, bueno, para hacer tortillas hay que quebrar huevos, como dicen los doctores en economía después de treinta años de profundos y complicados estudios. ¡treinta años para tamaña imbecilidad!
No podía ser de otra manera, mi obstinado perro Horacio está en contra de este novedoso y único sistema. En primer lugar, dice mi cuadrúpedo, no es tan novedoso, en Japón se les paga a las Isapre cuando el cliente está sano, por eso andan detrás de las personas para atenderlas y en segundo lugar, opina que el sistema, como todo en Chile, también es corruptible y no sería raro ver en el corto plazo, magisters y doctores en las más variadas materias, con edades entre los ocho y diez años, fundamentalmente en sectores que hasta ahora no saben hacer la letra “o” ni con una hallulla. En el próximo artículo, se compromete mi perro a explicar como se logrará este verdadero milagro de la educación chilena.
realizado por Patricio Cuadra a las 2:48 PM
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