Búscame, búscame...pa' gozar

La Santa Inquisición ha dispuesto ¡por fin!, la prohibición de distribuir la píldora del día después, un anticonceptivo que se toma, como su nombre lo dice, al día siguiente de haber disfrutado el placer de disfrutar de las artes amatorias. Es una muy buena señal en el sentido de que la sociedad chilena debe volver a encausarse por la senda de la decencia, la familia, la propiedad, la tradición, la patria y las buenas costumbres, dejando de lado de una vez y para siempre el camino de la lujuria y el desenfreno en que nos habían sumido los gobiernos socialistas y ateos. Es más, pronto se suprimirán todos los métodos anticonceptivos, pues Chile debe convertirse en un país santo y respetar la palabra del tatita Dios, que nos enseñó que veníamos al mundo a crecer y procrearnos, y que no es posible andar metiendo la diuca en cualquier hoyo dispuesto a recibirla y menos a cualquier hora y lugar. ¡Apártense perversas!, no pretendan hacer de mí un pecador y menos un gozador perdido en las tinieblas del infierno (¡ojalá!), entrego mi cuerpo y mi alma al Opus Dei, esperando solamente que aparezca aquella pura y casta mujer, la que recibirá mi semillita una vez que la santa Iglesia haya autorizado el acto carnal en alabanza y gloria de su nombre, el deberá realizarse a oscuras y en la posición tradicional, nada de patitas al hombro, ni sesenta y nueve, sin vuelo del ángel ni pollitos pastando.
Es imprescindible volver a instaurar los cinturones de castidad a partir de los doce años, los que deben ser controlados en los colegios y liceos, sean estos municipalizados, particulares o particulares subvencionados, ¡a cancelar las matrículas a todas las muchachas chuscas, calentonas y que se rían en la fila!, ¡a castigar con veinte azotes en la plaza de la comuna a los muchachos que sean sorprendidos en tocaciones impúdicas!, si pecamos ¡hasta con el pensamiento!. Motemey pelado el medio y “calentito”, ¡las doce han dado y sereno!
En esta campaña de limpieza corporal y espiritual, también debemos respetar las leyes de la naturaleza, es decir, si tiene “tutulita” es hombrecito y si tiene rayita es mujercita. Relegadas a Isla de Pascua todas las degeneradas que teniendo rayita quisieran tener “tutulita”, ¡tortilleras de mierda! y a Isla Dawson todos los desgraciados, maricones sinvergüenzas, que vienen a tratar de ensuciarnos la linda, idílica sociedad que hemos creado con tanto esfuerzo y sacrificio, con gente honrada y trabajadora, deseosa de superarse, con igualdad de oportunidades, justa, eficiente, casta y profundamente religiosa, tal como lo demostrara Santa Yasna, virgen y mártir.
Desde la Catedral, en el corazón mismo de Santiago del Nuevo Extremo, partirá el ejército de caballeros cruzados a pacificar La Araucanía, ofreciendo su vida al servicio de Dios y de la patria, pues los indígenas se han insolentado, están comiendo carne de caballo y adorando a sus dioses paganos, ¡salvajes!, ¡ateos!, entregando su alma al Pillán y chupando muday como malos de la cabeza. La única manera que vuelvan a creer en el Señor es a sablazo y arcabuzazo limpio, no descartándose la reinstauración del sistema de encomiendas, las que serán patrocinadas por las empresas forestales.
Todos a dormir a las once de la noche, con toque de queda y apagón total de luces en todo el territorio nacional, las solteras no podrán salir a la calle sin la compañía de uno de sus padres y las casadas deberán caminar dos pasos detrás de su sagrado e intocable esposo.
Mi perro Horacio, se alegra de no ser humano ni chileno (su identidad son los pueblos del mundo) y mientras practica la “perrigamia” tupido y parejo, no se convence del total y absoluto cretinismo demostrado por sectores recalcitrantes de la derecha y por el retrógrado Tribunal Constitucional, que prohíbe la distribución de la famosa píldora del día después, llevando a este país a un oscurantismo más propio de la edad media que del siglo XXI. Está convencido mi liberal perro, que pronto estarán los poderes fácticos discutiendo sobre cuántos ángeles caben en la punta de una aguja y si éstos deben estar sentados o de pié, no descartando la reinstauración de la quema de brujas y herejes, la castración de los violadores y la lapidación de las adúlteras. ¿Y qué pasa con los abusadores y violadores sexuales con sotanas?, ¿o con los ladrones, estafadores, mentirosos y coimeros? Momentito… momento, con esos temas no se meta, ¿no ve que somos apolíticos?