Monday, April 14, 2008

¡Qué felicidad!, qué alegría!, somos millonarios

Derrochadores!, ¡botarates!, ¡irresponsables!, ¡frescos! Como se les ocurre entregarles veinte mil pesos al 40% de las familias más pobres de la población chilena. Más encima sin ningún tipo de preparación o educación anterior. Se trata de una barbaridad que no tiene nombre, si cualquier hijo de vecino con dos dedos de frente sabe que esa gente no va a saber qué hacer con tanto dinero. Esto no es más ni menos que el principio del fin del equilibrado sistema económico y financiero nacional. Por lo menos, debieran haber tomado algunos resguardos y encargado a uno de los grandes bancos internacionales que operan en el país, para que les administrara sus fortunas a esta inmensa cantidad de ignorantes, guachacas, flojos, mal criados. De partida, el ochenta o noventa por ciento dejará de trabajar en el mismo instante en que reciba los billetes, el mercado del trabajo se verá sumamente complicado y no habrá sueldo millonario que los haga volver a sus puestos, con la consiguiente caída del Producto Interno ¡Bruto! Con esta medida, se avecina una escasez de padre y señor mío, principalmente de artículos de lujo, los que serán consumidos en masa por estos nuevos ricos. Trate nomás de comprarse un vehículo cuatro por cuatro dentro de dos meses, ¡no habrá ni para remedio!
Por si fuera poco, las bebidas espirituosas de alto calibre desaparecerán de los supermercados y negocios del ramo, estarán borrachos día y noche, más boches, crímenes y violaciones, sin considerar el aumento de muertes por cirrosis hepática. ¡Qué desastre!, ¡qué ganas de haber nacido pobre para que este gobierno “cumunista” me convierta en millonario y darme la gran vida por el resto de mis días! No faltarán los aprovechadores que en este mismo instante deben estar haciendo miles de artimañas para convertirse en pobres y recibir esta estratosférica suma. Crisis venideras en el sector vivienda por falta de casas y departamentos en las comunas ricas de la población, abandono de míseras casas en las comunas pobres, derroche, juerga, viajes, juegos de azar, servicios femeninos de alto vuelo, abandono de viejas gordas y de pata rajada, ¡Sodoma y Gomorra en el siglo veintiuno en esta larga y angosta franja de terreno! Para qué van a estudiar o sacrificarse, si el Gobierno de turno viene y los llena de billetes, ¡vámonos Quico, no te juntes con esta chusma!, ¡chusma!, ¡chusma!, ¡puufff! Aumento superlativo de la corrupción, ¿a quién de esos ex pobres le va a interesar que un indigente operador político se lleve de tanto en tanto unos cientos de millones de dólares para su casa o en última instancia para financiar la campaña?, ¡qué felicidad, qué alegría, somos millonarios!
Como casi siempre ocurre, mi perro Horacio está en absoluto desacuerdo con este análisis. Si bien es cierto no rechaza el bono de 20 mil pesos (45 dólares aprox. para la edición internacional), pudo haber sido algo más. Sin embargo, dice mi perro, el problema no radica en la cantidad del bono, sino que la verdadera causa es este desgraciado sistema económico que muy mal reparte, la pobreza no se soluciona con dádivas, sino que con salarios justos y decentes, con educación, salud y viviendas de calidad, con un buen sistema previsional, entre otras cosas. Por lo demás, los 62 millones de dólares que costará el bono, van a parar en un mes y medio a los bolsillos de los empresarios del “Chantantiago”, desgracia de locomoción colectiva para todos los santiaguinos y vergüenza nacional desde su puesta en marcha, sin arreglo posible y sangría multimillonaria perpetua para las arcas fiscales, sin considerar que con los miles de millones que se han perdido en Ferrocarriles del Estado, el famoso bono habría podido superar largamente las cien lucas. Termina Horacio preguntándose: ¿en cuánto habrá mejorado la distribución del ingreso a causa del famoso bono o seguirá siendo una de las peores del mundo, título conseguido gracias a la imposición a sangre y fuego del modelo económico en tiempos de nuestro bien amado que Satanás tenga en su reino y profundizado por los economistas de la “concertraición”, para desgracia y vergüenza de su nombre?

1 Comments:

Blogger Diseño 2 said...

Quizas debe ser la falta de estudios de economia en alguna prestigosa universidad privada o tal vez en hardvard no admiten personas con criterio tan formado como nuestros queridos ministros de economia y hacienda.
Pero a partir de este "millonario" bono q por fin sacara de las desgracias economicas a este pais
insisto q nuestro querido y admirado can piensa con las cuatro patas en la tierra...

Muchos saludos
y gastemos el dinero q ahora si sobra

10:14 PM  

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