Erupción del volcán Chaitén

¡Qué le parece!, ¡hágame esa cuartita! En este preciso instante somos el primer productor mundial de ceniza volcánica y nos preparamos para alcanzar el primer lugar ¡mundial! de producción de lava volcánica. Y eso que ni siquiera nos hemos movido del escritorio. ¿Qué para qué sirven?, ¿Cómo que para qué sirven?, ¿Acaso no sabe usted que con la ceniza es posible pelar el mote en un proceso absolutamente natural y más encima cuidando los bosques, es decir, respetando absolutamente el medio ambiente? Por favor, no me pregunte por la lava volcánica, materia prima indispensable para que nos convirtamos a la brevedad en primer exportador ¡mundial! ¡otra vez! de piedra pomez, tan demandada por el mundo civilizado para sacarse el piñen de codos, tobillos y rodillas. Todo gracias a la erupción del volcán Chaitén. Es que la santa madre tierra nos premia porque hemos hecho bien las cosas, somos un país serio e incorruptible.
Ahora y en honor a la verdad, debemos decir que el gobierno de la “concertraición” ha reaccionado rápida y eficazmente, nombrando de inmediato un ministro en campaña encargado de evacuar a los habitantes del sector afectado por la actividad volcánica, el que se ocupó además de nombrar una comisión formada por ocho abogados para que determinen, títulos de dominio en mano, a quien realmente pertenecen las cenizas, sobre todo aquellas que se depositen en los espacios públicos, tales como calles, plazas y veredas. La comisión está compuesta además por dos nutricionistas, tres asistentes sociales y un ingeniero en tránsito, este último encargado de determinar donde se instalarán los futuros semáforos del poblado, para que durante la próxima evacuación que puede ocurrir dentro de siete mil años, no se produzcan accidentes y haya que lamentar pérdidas de vidas humanas. Es cierto que deberían estar en la zona un vulcanólogo, dos ingenieros agrónomos y un meteorólogo, pero en “el partido” no hay disponibilidad de esas disciplinas, se buscan entre los amigos, parientes y/o cercanos a esa tienda.
Como casi siempre sucede, algunos pobladores se negaron a salir de inmediato de la zona siniestrada, siendo necesario avisarles que si no abandonaban en 48 horas, recibirían una visita relámpago del Gran Cachafaz, el mismísimo lenguaraz Vidal, noticia que significó la inmediata estampida de los rezagados, trasladándose incluso fuera de las fronteras nacionales, más precisamente a la localidad argentina de Esquel.
Pero como la vida sigue y hay que afrontarla de la mejor manera, el gobierno de la Zarina está preparando un gran plan de capacitación para los chaiteninos, con cursos de peluquería, gasfitería, repostería, tortillas de rescoldo y tallado en piedra volcánica, reconversión que traerá progreso, bienestar y felicidad a quienes han sido campesinos y ganaderos por los siglos de los siglos. Por si fuera poco, en algún lugar de la región y lejos del volcán, se les construirán casas de treinta metros cuadrados con cuarenta y cuatro metros cuadrados de patio, donde cada familia podrá vivir confortablemente con siete hijos, cuatro vacas, dos caballos, tres perros y un gato.
Mi perro Horacio, solidario con sus parientes, de manera firme y sin rencor, solicita se den todos los pasos tendientes a conseguir la evacuación de la inmensa cantidad de animales que en este momento padecen las furias del volcán, los perros, los carabineros, los burros, personal de ejército, vacas, caballos, gatos, la tortuga de misiá Deidamia y el loro de don Uldarico, el mismo que cuando venían los remezones gritaba: ¡va a quedar la “cagá”!, ¡va a quedar la “cagá”!, sin que nadie le hiciera caso, creyendo más bien que se trataba de la visita de algún senador o diputado por la zona y no de la tremenda catástrofe natural que se avecinaba.