Thursday, May 29, 2008

¿Quiebre en la concertraición?

Temporal en la “concertraición”, el diluvio produjo una imparable avalancha de candidatos a concejales, la que se abrió en dos brazos y rompió cuanto puente encontró a su paso. Ni siquiera el lenguaraz Vidal, Gran Cachafaz y gorrión de La Moneda, quedó bien parado. Tanto, que anunció en la mañana que la Zarina no iba a recoger cañuela en este desastre y en la noche tuvo que decir que la Bacheletovna haría todos sus esfuerzos para que el torrente se detuviera y no provocara un gran tormentón, el que amenaza con llevarse por el medio del cauce al animal completo, sin que todavía haya sido despostado en su totalidad, perdiendo así los “compañeros concertraicionistas” las oportunidades de pegarle los últimos sablazos y porqué no, llevarse los huesos para la casa y hacerse unas sopitas cuando sean remplazados por los desatinados que se encuentran más a la derecha que ellos y entren por el matadero en busca de nuevos animales para poder establecer su propia “conchupancia”.
Porque de eso es precisamente de lo que se trata, no vaya a creer usted que los dieciocho mil candidatos a sentarse en los sillones del concejo municipal lo hacen por vocación de servicio. ¡Nada más lejos de la realidad! Se trata aquí de instalarse y “cachar el mote”, ver para donde va “el Chantantiago” (antes era la micro), para luego embarcarse en lugares donde mejor “se pueda servir a la gente”, es decir, una diputación, una senaduría o un alto cargo en la corte de la Zarina, lo que asegura un lugar privilegiado a la hora de servir el banquete.
En este preciso instante, no existe ingeniero que sea capaz de reparar los puentes que se cortaron con la avalancha que se produjo, dicen, debido al estallido de aquellos que han esperado casi veinte años y ven como tienen que trabajar para que otros se repitan el plato y no sean capaces de hacerle ni un miserable pase al wing, le dijo el cura, te mandai las porciones, con tu frescura. Hace otra recogía, a sangre fría. De este lado del camino quedaron los socios listos y la DC (que como usted bien sabe, significa Dame la Coima) y atravesando el cauce a nado pues los puentes colapsaron todos, toditos, se encuentran los rádicos junto a los PPD (es cierto, su memoria no lo engaña: Pásamelo Por Debajo). El problema, no menor (¿por qué no dirán mayor?) es que la gran crecida y furia del cauce puede llevarse todas las instalaciones, incluidas las máquinas tan bien aceitadas y que tanto provecho producen a quienes tienen la suerte de ser sus propietarios, esa misma propiedad que se niegan a compartir con sus camaradas de ruta política. ¿Qué pasará?, ¿aumentarán las lluvias y con ellas más avalanchas, derrumbes, deslizamientos y corridas de tierra? El gran Cachafaz ruega para que escampe, desaparezcan los negros nubarrones, dando paso una vez más, a los regios colores del arco iris.
Mi perro Horacio, se hace un deber en aclarar que la crónica anterior no tiene nada que ver con Chile (¡Por favor!, ¡cómo se le ocurre!). Horacio informa que en esta larga y angosta faja, no existen ni apetitos desmedidos ni gente que se quiera repetir los espárragos, ningún concejal se aprovecha de su cargo y trabajan esforzadamente por mejorar las condiciones de vida de la población. Desde luego, no falta el alcalde y/o concejal que quiere arrancarse con el tarro de las limosnas, pero eso a baja escala y cuando sucede, como existe ética, moral, credibilidad y honradez entre los políticos chilensis, de inmediato renuncian, tal y como acaba de pasar con el presidente de los “udiosos”, que tiró la esponja cuando vio que varios alcaldes de su tienda tiraban las manos más que Martín Vargas, olvidándose de adorar al fhürer y también a San Augustus, ritos obligados y establecidos claramente en el manual del perfecto faccioso.

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