Sunday, June 08, 2008

Fútbol, pasión de multitudes

Preocupado por el bajo nivel del fútbol profesional chileno, mi perro Horacio ha decidido incursionar en esta alicaída actividad, para buscar un método que permita mejorar la participación de los peloteros nacionales, especialmente cuando les toca competir contra rivales extranjeros, pues es en esas instancias donde se han cosechado demasiadas derrotas, sobre todo si es por los puntos. Es preciso aclarar que mi perro no sabe nada de este deporte, siempre más preocupado por la filosofía de la vida y también por las desventuras a que nos han conducido, primero nuestro nunca bien ponderado sátrapa y después los gobiernos “concertraicionistas”, pero en algo hay que ocupar el tiempo sobrante en medio de tanta “coimisión”, chuecura, arreglín, cahuineo y acciones similares.
Como Horacio nunca vio un match de fútbol, se ha documentado profundamente a través de los sesudos informes que los periodistas deportivos hacen después de cada partido, leyendo más de mil entrevistas a jugadores, especialmente los derrotados. Se trabajó bien en la semana, pero nos faltó un conductor. Nosotros salimos a buscar el partido, pero parece que no lo encontramos; a diferencia de nuestros rivales, nosotros no concentramos, no hay nadie en el plantel que sepa preparar jugos concentrados, ni siquiera un caldito de carne Maggi. Fuimos con todo, pero ellos pusieron más huevos, por algo les dicen los gallinas. En realidad, jugamos mirando siempre el arco del frente, pero ellos nos pasaron el primer gol y a cobrar, es decir abrocharon el partido. Por otro lado, no nos salieron las cosas y ellos nos pintaron la cara.
Con este riquísimo material, digno de la lengua materna de Quevedo, Miguel de Cervantes y Saavedra, García Lorca y muchos otros, el cuadrúpedo ha elaborado una teoría para entregársela a los seleccionadores nacionales, seguro que cuando la pongan en práctica saldrán como absolutos vencedores en cada cotejo que disputen. En primer término, antes que comience la brega, deben buscar el partido, casi siempre está dentro de un estadio, más precisamente en una cancha, separada del resto con una rayas blancas y unos arcos. Muchos partidos se pierden porque mientras los chilenos lo buscan, el rival les mete unos cuantos goles. En segundo término, hay que tener un conductor profesional con licencia A-1, capaz de conducir incluso una cuncuna del “Chantantiago”, para que conduzca al equipo en demanda del arco contrario. Si es posible, contratar un espía para que averigüe cuántos huevos van a poner los rivales en la cancha y acto seguido hacer un convenio –a cambio de publicidad en las camisetas- con una avícola y poner una cantidad insuperable de “eggs” en la cancha, en los camarines, en los túneles, en las casetas de transmisión, en las tribunas y en las galerías, confeccionar pantalones con bolsillos para que los jugadores porten una apreciable cantidad y los vayan poniendo por toda la cancha, sin que lo note el árbitro, de tal manera que si alguien llega en ese instante al estadio, no tenga más que exclamar: ¡qué huevada! ¿no? Dotar a todos los jugadores de un tarrito de pintura y un pincel, para que al menor descuido del adversario, le pinten la cara al rival, proveerlos de diez botones y similar cantidad de ojales para que abrochen el partido y que no se preocupen de buscar un resultado, éste siempre existe y se refleja en un marcador especial dentro del campo deportivo. Cuando el partido comienza, el marcador es: ¡cero a cero!
Recomienda Horacio, no hacer caso de los comentarios y análisis de los periodistas deportivos, pues al decir del can, después de los políticos, están ellos, que se ganan la vida hablando y escribiendo estupideces. Y no me digan ¡escoba!, debido a que el autor de esta presente imbecilidad, habla y escribe absolutamente ¡gratis! y no pretende meterle el dedo en la boca a nadie con tanta pelotudez. nunca
Por último, si hasta Eduardo Galeano se ha permitido escribir sobre fútbol, ¿por qué no puede hacerlo este humilde servidor?

3 Comments:

Blogger Bassilong said...

¡Por favor!, ¡si Horacio debiera ser DT!; Probablemente los jugadores serían verdaderos "perros" en el campo de juego.
¡Arriba Horacio!

10:00 AM  
Blogger The queen of machines said...

Siempre tan lúcido nuestro can.. Efectivamente nuestro fútbol es lastimero, lo sabemos bien en esta casa con tanto partido visto.

El lenguaje igual de pobre que el desempeño en la cancha.

Creo que habría que hacer el cambio desde los niños, en las canchas de los barrios y prohibirles que vayan a discos conocidas, se tiñan el pelo o se hagan cortes ridículos, que no emitan declaraciones (por una cosa de salud pública) después del partido, que no vean a modelos (trepadoras!!)

9:46 AM  
Blogger saturnino said...

Cada dia me convenzo mas aun,lo mejor que tenemos en el futbol,es un lista interminable,de buenos comentaristas,incluido este dichoso can,buenos periodistas,buenos entrenadores,buenos locutores,buenos vendedores de pomada,buenos politicos ,lo malo es que tenemos malos,pesimos y flojos,jugadores.Todo regio,lo malo son los actores principales.

10:05 AM  

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