¡Frío, frío!
A pesar de la riqueza y el esplendor, de los brillos y fulgores del oro, la plata, los diamantes y los rubíes, el lujo asiático, los astracanes, los condumios y los saraos, aún teniendo todo eso y por medio peso, la concertraición y la manga de desatinados de la derecha, hacen un llamado al pueblo chileno para que enfrente los fríos siberianos que aquejan a esta larga y angosta faja, ahorrando combustible y todo tipo de energía. Por de pronto se ha publicado un edicto presidencial para que en las oficinas públicas apaguen los equipos de aire acondicionado, las estufas eléctricas y a gas, así como también los calefactores clandestinos que las funcionarias con más años de circo ponen debajo de los escritorios para que les calienten las piernas y quien sabe que otras presas.
Subsidiariamente, los casinos de ministerios, intendencias, municipalidades y otras dependencias, deberán preparar a media mañana unos contundentes caldos de pata, para que los servidores gubernamentales se sirvan con cuchara grande, acompañando el brebaje con ají al gusto, los ministros y subsecretarios dejarán el auto fiscal en casa y se vendrán corriendo por la matina, llegando a sus gabinetes con el cuerpo “calentito”, capaz que así les den ganas de trabajar y ofrezcan algunas soluciones a los problemas que día a día nos aquejan. Desde luego, se levanta la restricción de hacerse unos cariñitos en las bodegas, en el subterráneo, en archivo o entre los kardexs, aunque sin propasarse, estrictamente prohibido el grado tres.
Si a pesar de todo los administrativos no entran en calor, se prepara un plan B, que contempla trotes continuados de media hora alrededor de la Plaza de la Constitución, unos cortitos de pisco y hasta una empresa externa contratada para que aplique latigazos en la espalda a los servidores públicos, eso siempre calienta el cuerpo, sin importar si son de planta, a contrata u honorarios, el Gobierno no hace distinciones odiosas entre sus colaboradores.
En los hogares, se recomienda repetir el caldito con ají, las familias bajo el nivel de pobreza deben dirigirse a su municipalidad para retirar dos patas semanales y tres ajíes cacho de cabra, acompañar, si es posible, con un pipeñito, el que por disposiciones constitucionales no puede ser distribuido por el Estado, se presentará un proyecto de ley patrocinado por los parlamentarios de las regiones vitivinícolas y así el mosto pueda ser entregado en todos los consultorios de ¡Salud! No prendan estufas, menos a parafina, pues son contaminantes, debe la población retomar el sano hábito de acostarse a las seis de la tarde, para eso el “Chantantiago” ahora los traslada a sus casas en menos de media hora. Hay que abrazar a la “viejecita” y recordar aquellos tiempos en que todavía podíamos…¡je je jé! conversar sobre el futuro promisorio que teníamos por delante. Si el “penetro” aún subsiste, taparse con los cabros chicos, con el perro y hasta con el gato, no es tiempo de escrúpulos, la sarna se combatirá en primavera, el pueblo debe sacrificarse para salvar la economía del país, la misma que tan bien ha hecho a los más necesitados.
Mi perro Horacio, advierte que la crisis energética comenzó justamente cuando se privatizaron las empresas del Estado, pues los empresarios sólo están pendientes de invertir en aquellos sectores que les otorguen una mayor rentabilidad y no hacen inversiones ni en investigación ni en desarrollo del sector, menos en planes quinquenales o decenales, quieren que el Estado invierta para después llevarse fácilmente el “tellebi”, en detrimento como siempre, de las personas. Se pregunta mi perro si las grandes empresas estarán ahorrando energía o será sólo Moya el que tiene que ponerse para que no disminuyan sus excesivas utilidades. Propone mi perro apagar todos los letreros publicitarios de las grandes ciudades del país, cortar las transmisiones de los canales de la televisión chilena a las diez de la noche ahora y para siempre, para ahorrar energía y culturizar a la gente. Y si tratando de calentar el cuerpo junto a su “nami” siente el llamado de la selva, arremeta con todo compañero, total, los “udiosos” ahora quieren pagar una cuantas “moneas” por cada “broca cochi” que God eche al mundo.
Subsidiariamente, los casinos de ministerios, intendencias, municipalidades y otras dependencias, deberán preparar a media mañana unos contundentes caldos de pata, para que los servidores gubernamentales se sirvan con cuchara grande, acompañando el brebaje con ají al gusto, los ministros y subsecretarios dejarán el auto fiscal en casa y se vendrán corriendo por la matina, llegando a sus gabinetes con el cuerpo “calentito”, capaz que así les den ganas de trabajar y ofrezcan algunas soluciones a los problemas que día a día nos aquejan. Desde luego, se levanta la restricción de hacerse unos cariñitos en las bodegas, en el subterráneo, en archivo o entre los kardexs, aunque sin propasarse, estrictamente prohibido el grado tres.
Si a pesar de todo los administrativos no entran en calor, se prepara un plan B, que contempla trotes continuados de media hora alrededor de la Plaza de la Constitución, unos cortitos de pisco y hasta una empresa externa contratada para que aplique latigazos en la espalda a los servidores públicos, eso siempre calienta el cuerpo, sin importar si son de planta, a contrata u honorarios, el Gobierno no hace distinciones odiosas entre sus colaboradores.
En los hogares, se recomienda repetir el caldito con ají, las familias bajo el nivel de pobreza deben dirigirse a su municipalidad para retirar dos patas semanales y tres ajíes cacho de cabra, acompañar, si es posible, con un pipeñito, el que por disposiciones constitucionales no puede ser distribuido por el Estado, se presentará un proyecto de ley patrocinado por los parlamentarios de las regiones vitivinícolas y así el mosto pueda ser entregado en todos los consultorios de ¡Salud! No prendan estufas, menos a parafina, pues son contaminantes, debe la población retomar el sano hábito de acostarse a las seis de la tarde, para eso el “Chantantiago” ahora los traslada a sus casas en menos de media hora. Hay que abrazar a la “viejecita” y recordar aquellos tiempos en que todavía podíamos…¡je je jé! conversar sobre el futuro promisorio que teníamos por delante. Si el “penetro” aún subsiste, taparse con los cabros chicos, con el perro y hasta con el gato, no es tiempo de escrúpulos, la sarna se combatirá en primavera, el pueblo debe sacrificarse para salvar la economía del país, la misma que tan bien ha hecho a los más necesitados.
Mi perro Horacio, advierte que la crisis energética comenzó justamente cuando se privatizaron las empresas del Estado, pues los empresarios sólo están pendientes de invertir en aquellos sectores que les otorguen una mayor rentabilidad y no hacen inversiones ni en investigación ni en desarrollo del sector, menos en planes quinquenales o decenales, quieren que el Estado invierta para después llevarse fácilmente el “tellebi”, en detrimento como siempre, de las personas. Se pregunta mi perro si las grandes empresas estarán ahorrando energía o será sólo Moya el que tiene que ponerse para que no disminuyan sus excesivas utilidades. Propone mi perro apagar todos los letreros publicitarios de las grandes ciudades del país, cortar las transmisiones de los canales de la televisión chilena a las diez de la noche ahora y para siempre, para ahorrar energía y culturizar a la gente. Y si tratando de calentar el cuerpo junto a su “nami” siente el llamado de la selva, arremeta con todo compañero, total, los “udiosos” ahora quieren pagar una cuantas “moneas” por cada “broca cochi” que God eche al mundo.
2 Comments:
Extraordinario su articulo,mi querido feligres,algo ha aprendido,a traves del contacto semanal,que mantiene ,con nuestros amigos en comun,aca en la zona del buen futbol y el buen vino.Siga practicando,que los resultados,llegaran.(espero no vengan,en el chantantiago).Atentamente un amigo.
Muchas gracias ¡compañero!. ¡Qué quiere que le diga!, se advierte que usted, Don Saturnino, no tiene un pelo de tonto.
Udiosamente lo saluda,
P.C.
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