Sunday, July 29, 2007

La huelga en el cobre

Cuando el cobre pierde, perdemos todos los chilenos, los gerentes, los supervisores, los asesores, los ministros y ministras, los subsecretarios, los parlamentarios, la salud, la educación, las compañías extranjeras, los embajadores, los enviados especiales, las bolsas de valores, las superintendencias, las comunas, los barrios y la poblaciones. ¿Y cuando el cobre gana? Estee…bueno también ganan todos los chilenos, los vicepresidentes ejecutivos, los gerentes, los supervisores, los asesores, el Cobreloa, Cobresal y O”Higgins de Rancagua ¿Y los trabajadores subcontratistas, qué ganan? En relidad, no mucho, deben esperar que venga el chorreo, el mismo que esperan todos los “pobletes” desde hace más de treinta años (ahora te toca a ti minero, cuidar la mina)… Sin embargo, no se irán con las manos vacías, pues un estudio internacional por el que CODELCO pagó cincuenta millones de dólares, señala que es de toda justicia entregar una medalla de cobre a cada trabajador subcontratista que cumpla cinco años silicoseándose que es un gusto por la quinta parte de lo que gana su “tovarich” contratado en idéntico “laburo”. Es más, si logra sobrevivir diez años, recibirá un pergamino del metal rojo. No contentos con eso, los ejecutivos han dispuesto para cada subcontratado (¡despilfarradores!) que estire la pata gracias a la contaminación y a la falta de elementos de seguridad con que le ponen el hombro, una urna ¡forrada en cobre!, con cirios del mismo material, una bandeja repujada y un casco con el nombre del occiso para que la viuda lo cuelgue sobre el lugar donde el fallecido solía dormir las raras veces que paraba en su humilde casa. ¿Y todavía quieren más, los desagradecidos? (Nuestro cobre, ahora estás en casa, y la patria te recibe emocionada, con vino y con guitarras…) No se explica la tozudez con que insisten en recibir los mismos salarios que los contratados, si la historia es otra, para igualar a todos los trabajadores y no existan discriminaciones odiosas, aspiramos a que todos los contratados ganen lo mismo que en el subcontrato, eso es preocuparse por los trabajadores, con responsabilidad y cuidando el futuro de la Nación. Sólo los gerentes seguirán recibiendo bonos y premios cada vez que el cobre suba de precio, no importa si la culpa de lo anterior la tiene China, Europa o la India, la cuestión es echarse los morlacos al bolsillo antes que les llegue la PLR y desaparezcan de la faz de la tierra, pero con el billete necesario para afrontar los aciagos días de la cesantía (No era Chile quien bebía de tu savia, no eran los mineros, y te hacían cañón y te ponían en contra de los pueblos…).
Mi perro Horacio no aparecerá en este artículo, pues cada vez que recuerda el conflicto de los trabajadores subcontratados del cobre, profiere insultos no reproducibles contra Malasco, Avellano y toda esa cáfila de economistas de a cobre vendidos al capital chileno y extranjero, tomando decisiones que favorecen los intereses de sus amos y señores.
Lo más triste es que los dueños de la empresas subcontratistas, a quienes también vilipendia a todo ladrido, son parientes o amigos de los gerentes, mafiosos que lucran con el esfuerzo de los más necesitados demostrando así que las mafias y los acuerdos gansteriles se dan en todas partes donde asoma el olor y el color del tellebi. Aúlla de vergüenza al ver como los parlamentarios “udiosos” exigen respetar la “ley”, esa que ellos hicieron abrazados con los criminales que hoy están en el chucho pagando sus crímenes, sin contar con la desesperada campaña que hace “El Perjurio”, para que no se imponga en los hechos la negociación por rama de actividad económica, llevada en la práctica por los trabajadores a fuerza de sangre, sudor y lágrimas.

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