Thursday, June 16, 2011

¡Mentira!

¿Sabe?, un humilde funcionario municipal fue grabado mientras pedía una coima en un club nocturno. Lo más tragicómico de la situación es que solicitaba a cambio de sus “servicios”, le pasaran una “mina” gratis cada cierto período de tiempo (mina = mujer de regular a buena apariencia física, solícita y dada a prestar favores sexuales a cambio de dinero. Aclaro que también las hay que son minas ricas y no necesariamente se dedican a ejercer el comercio sexual, es decir, sólo son “minas”. Nota para la edición internacional). Unos carabineros son detenidos por pertenecer a una banda dedicada a robar cajeros automáticos, el presidente de los trabajadores de Chile se va a comer junto a otros dirigentes sindicales a un lugar de alta alcurnia en la ciudad de Valparaíso mientras manifestantes son perseguidos, apaleados y mojados por otros carabineros. Una multitienda dedicada a vender sus artículos entre la gente de menores recursos económicos es descubierta repactando créditos vencidos sin consentimiento de los afectados, engañando a diestra y siniestra, cometiendo delitos, todo sea por la utilidad y los balances. Como si esto fuera poco, un estudio basado en sesenta capítulos del Chavo del ocho, da cuenta que doña Florinda y el Profesor Girafales, no sólo tomaban cafecito una vez que cerraban la puerta de la casa, ya que siempre el Quico se quedaba en el patio y la parejita salía de lo más relajada después de dos o tres tacitas. La descomposición es tal, que hay fuertes rumores en el sentido que el mismísimo Chavo sería un hijo no reconocido de Lucerito y Luis Miguel. Despierte de una vez por todas, la Caperucita Roja nunca fue comunista y menos una heroína del pueblo, el lobo feroz tampoco militó en la UDI. La verdad es que ambos no tenían idea de política y si adquirieron fama internacional, se debió única y exclusivamente a su participación en un reality llamado la casa de la abuelita. Durante dos meses el lobo se trató de comer a la Caperucita, situación conocida por la abuela, la que nunca quiso prestar la cama, a pesar de los suculentos manjares que le ofrecían, tanto el lobo como la Caperucita. El ministro del interior es hijo adoptivo, se llama Godofredo Chamorro, nombre y apellido que cambió por Luciferio Hinzpeter en honor a su padre adoptivo, un reconocido nazi chileno, adorador de Hitler, Franco y el innombrable.
En consecuencia, mi perro Horacio no cree en los llamados de Piraña al diálogo y la unidad nacional, se trata de vulgares cantos de sirena, un tongo, como lo han calificado los voceros “concertraicionistas”. Prueba de lo anterior, son las declaraciones de la vocera de gobierno, la señora Comelona Hanskugen, en el sentido de que los representantes de oposición habrían pedido parkas rojas para ellos y para todos su familiares. Además, dijo que los tipos mal agradecidos salieron “pelando” porque no les gustó el almuerzo y que el pipeño ofrecido era indigno de un primer mandatario, lo que es verdad, dado que después de reunirse con Ollanta y tomarse dos cañas del malísimo brebaje, Piraña no encontró nada mejor que hacerse pasar por descendiente del inca Huayna Capac. Cuando venga el presidente de México dirá que es tatara tatara y retatara nieto de Moctezuma, sin contar que durante la campaña, en La Araucanía se hizo pasar por primo del indio pícaro, tu vida ha sido una mentira, una vulgar y estúpida mentira…
Por eso, dice mi perro Horacio, me gustan los estudiantes, porque salen a la calle con su única verdad, la lucha incesante por cambiar el perverso sistema educacional chileno, que permite el enriquecimiento de grandes corporaciones nacionales y extranjeras, dueñas del negocio de la educación, las que lucran a costa de los estratos más pobres de la población, engañándolos con la promesa de un título “uniisitario” (el primero de la familia, ¡snif, qué emoción!) obtenido más a costa de grandes esfuerzos económicos tales como endeudamiento, pago de cuotas y altos intereses y con muy poco, poquísimo esfuerzo académico. Mientras tanto, el gobierno calla y no ofrece solución alguna, dado que sus ministros son parte del negocio y hasta el mismísimo titular de educación proviene de una “uniisidá privá” y vendió jugosamente su porcentaje del negocio, eso que la ley indica que se trata de instituciones sin fines de lucro. Después de esto, ¿cree usted que la “enducación” chilena tiene remedio?