Wednesday, September 19, 2007

Métodos de sanación

De un tiempo a esta parte y debido a tanta enfermedad que aqueja a la familia chilena y también al fracaso del plan Auge, que es más fulero que el “Chantantiago”, han aparecido variadas terapias conducentes a sanar los males del cuerpo y del alma. Conocidas por su antigüedad y eficacia son la acupuntura y la iriología, pero hoy no le van en zaga, al menos en publicidad, las flores de Bach (¿se escribirá igual que el músico?, la aromaterapia, el Tai-Chi, el Tai-Won, la apicultura, la barroterapia, la meditación trascendental, ¡Hare Krishna, hare!, la equinoterapia, las hierbas del Orinoco y las sales mezcladas con pedazos de uña de la gran bestia.
Ni corto ni perezoso, mi perro Horacio se ha instalado con su consulta donde promociona con gran éxito la chanchoterapia, que consiste en desvestir a la paciente en una sala totalmente higienizada, tenderla en una camilla y refregarle unos chanchos chicos por todas las partes del cuerpo, especialmente donde la o el paciente sufren los dolores más intensos, aquellos que otros métodos no han podido aliviar. Según culturas milenarias, que habitaron en las cuevas de Madagascar allá por el siglo XXV antes de Cristo, el chancho reserva para sí una gran carga de energía que usará para deshacerse de sus males, pero como ya no se revuelca tanto en el barro como antes, desplazado en esa labor por la clase política, conserva enormes cantidades de iones que traspasa al ser humano al haber contacto entre cerdas y piel. En cinco sesiones de una hora y media, el paciente recupera fuerzas, salud, destrezas y hasta capaz que vea la luz y abandone para siempre las filas de la “concertraición” y también de la derecha, instalándose raudamente en las trincheras de la verdadera izquierda, siempre y cuando no se le ocurra formar un sindicato.
Para casos difíciles, Horacio, de lo más compuesto en su delantal blanco, recomienda dormir con un chancho grande, pero por favor, no piense mal, no se trata de nada “serxuale”, los chanchos grandes son de lo menos cautivantes que se pueda imaginar, sólo se trata de terapia y se debe abrazar al chancho por lo menos durante tres horas seguidas cada noche, cuidando muy bien de no tapar su nariz, ya que es posible que el marrano se incomode y tienda a sacarse el pijama. Estos chanchos terapéuticos comen avena marca Quaker y beben agua mineral Vital, alimentos que serán de cargo del paciente. El tratamiento está al alcance de todo bolsillo, se aceptan tarjetas de crédito, convenios con sindicatos y atención especial a centros de madres.
Pero no sólo eso, ya que si usted vive en algún campamento o población marginal, de esas que muy poco se ven en esta larga, angosta y rica faja de tierra, tiene la posibilidad de instalar una consulta tan revolucionaria e innovadora como la de mi perro, las materias primas necesarias para la sanación están al alcance de la mano… o de la piel. Intente con la pulgoterapia, ¡qué dichosas son las pulgas, que se suben a tu cama, a gozar de tu hermosura… de la noche a la mañana! En Bolivia y Perú, específicamente después del terremoto, se han logrado prodigiosos resultados con las pulgas, las que bien amaestradas, son capaces de extraer hasta la última gota de sangre enferma del cuerpo del paciente. No confundir con los chupasangre, esos están ocupando cuanto cargo haya disponible y dan pena tratando de bailar cueca. Pronto llegará al país la famosa ciencia de la garrapataterapia, la que unida a la piojoterapia, la chincheterapia y los demás tratamientos aquí descritos, lo harán abandonar los hospitales desde hoy y para siempre.

Tuesday, September 04, 2007

Lo mismo, pero al revés

No se engañe, estamos en Chile, si para entrar en una vía principal avanzan cinco mil automóviles y un bus de la locomoción colectiva teniendo al frente dos pistas nuevas y vacías y una pista vieja, llena de hoyos y congestionada, ¿por donde deben continuar los cinco mil automóviles?. ¿Respuesta definitiva? ¡Sí, señor!, los cinco mil automóviles por la pista vieja y el bus con siete pasajeros a bordo, de los cuáles sólo pagaron cuatro, por las dos pistas nuevas. Pregunta número dos: un senador de la República protesta contra el Gobierno de la “concertraición” en plena Alameda junto a estudiantes, pobladores y trabajadores, ¿es un senador de oposición al Gobierno? ¿Respuesta definitiva?... ¡correcto el concursante! El parlamentario está protestando contra sí mismo, abomina de las leyes que copia por Internet, no le gusta la presidenta que él contribuyó a elegir, pero se alegra del palo que el paco le mandó en pleno mate, pues eso le hace pensar que el guardián de la ley está a favor de “su” Gobierno y hay que darles duro a los vándalos que sobrepasan las leyes protestando en plena vía pública sin respetar los derechos de la población. He dicho.
Pero no es todo, ya que si usted esperaba que el “Chantantiago” mejorara las condiciones de transporte de la población santiaguina, ¡se equivocó totalmente!, cuando se dijo que no más esperas, buses nuevos, no contaminantes, plan estrella, deja el auto en la casa, ¡súbete a la micro, Perico!, conductores amables, bien vestidos, bien pagados, etc., etc., querían decir todo lo contrario, es decir, más ladroneo, mayor aprovechamiento, abundante estupidez, y largas, larguísimas esperas, frío, congestión, atochamiento, contaminación, menos, menos y menos de lo poco bueno y más, más, mucho más de lo malo que las amarillas de Agarrete y Rapiñaquis tenían.
En consecuencia, como dijo el capitán Corneta, ¿Dónde cree usted que más se divierten, aprenden menos y pierden más el tiempo los escolares chilenos?... ¡justamente!, en las escuelas y liceos que funcionan de acuerdo a las leyes del mercado y la subsidiariedad heredadas del “tatita”. Ahora bien, si unos periodistas o quien sea, denuncian actos reñidos con la moral de un juez de la República, ¿quién termina preso? ¡No faltaba más, pues! ¡lógico!, los sapiolas que indagaron sin autorización en la vida privada de un personaje público, según ley aprobada por el mismo que recibió el palo en la cepa.
Si usted quiere justicia, diríjase raudo a la cárcel y si quiere enfermarse y estirar la pata en un santiamén, vaya a cualquier consultorio u hospital municipalizado, pues el nuevo plan de salud AUGE dice que garantiza tratamiento inmediato a un sinnúmero de patologías, lo que traducido al chileno significa… bueno usted ya sabe lo que significa. Ahora, si usted desea ganar dinero, no se le vaya a ocurrir trabajar, ¡por ningún motivo! Dedíquese con pasión a la bartola, a la vagancia y a la contemplación del horizonte, no sé si logrará enriquecerse, pero no faltará el copete, los puchos y uno que otro asado para ir matando el tiempo. Si sus necesidades van por el lado de las ninfas, ¡no se case ni conviva con alguna “nami”!, ¡jamás!, viva solo y verá que las “perversas” lo seguirán día y noche con intenciones claras de aguacharlo para que termine sirviéndole a una de ellas.
Estas son las razones por las que mi perro Horacio está aprendiendo a maullar, pues desea, a pesar de todo, seguir viviendo en Chile y estima que dentro de muy poco para ser gato habrá que ladrar y para continuar como can deberá expresarse en un idioma distinto al suyo. ¿O me va a decir que alguno de los convocados a la comisión que fijará el sueldo ético, ha vivido alguna vez con menos de 150 lucas por mes?