Tuesday, January 29, 2008

La palabra del burro

Embelesado escucho a los “profesionales” de la palabra, quienes nos deleitan con expresiones tales como: para “apaliar” la crisis económica, el Gobierno ha dispuesto…Intentando comprender tan finas y delicadas expresiones, por no decir maravillas del lenguaje, recurro, una vez más al diccionario de la Real Academia de la Lengua y descubro ¡oh! sorprendido, que el término no existe. Lo que sí aparece es el término “paliar”, cuya acepción es: mitigar, suavizar, atenuar, quitarle importancia a algo, disminuir la intensidad de un dolor o los efectos dañinos de algo. Confundido me pregunto, ¿qué nos habrán querido decir los “periodistas” con el inexistente término? ¿No será que todo aquel que pretenda crear pánico por las bajas de los mercados accionarios, será molido a palos por orden del Gobierno y así evitar que la crisis afecte los mercados nacionales?
No menos admirado quedo con la “chica” del tiempo, pues todas las noches a eso de las 22:03, nos pide proteger nuestra piel de la acción de los rayos ultravioleta usando un “buen factor”. Convencido que en la escuela aprendí poco y nada, nuevamente debo consultar el diccionario: Factor: elemento condicionante que contribuye a lograr un resultado; cada uno de los términos de una multiplicación; empleado de ferrocarril encargado de facturar el equipaje. En consecuencia, cuando la niña nos llama a protegernos, no sabemos si es con las tablas de multiplicar, con el empleado del ferrocarril o con algún elemento condicionante. En todo caso, nuestra madrecita, cada vez que vamos a la playa o al campo, nos protege del sol embetunándonos a diestra y siniestra con un bloqueador solar y mientras de mayor factor sea, más nos ayuda.
Pero cuando más asombrado quedo, es al escuchar términos tales como señalética y conflictuado, los que NO EXISTEN en la lengua que usamos habitualmente y menos, mucho menos, en otras lenguas. Lo anterior, sin considerar la sarta de sandeces vomitadas sin el menor pudor por los comentaristas deportivos, tales como: “ese jugador sabe mucho con la pelota en los pies”, lo que significa que si desea dar la PSU, debería hacerlo pateando una pelota entre cada pregunta. No menos impactante es escuchar: “comienza el partido y el score es cero a cero” ¡Extraordinario! ó “para que sea gol, la pelota debe cruzar la línea del arco en más de un cien por ciento” ¿Qué más se puede pedir?
Mi perro Horacio, se indigna a tal punto con estas barbaridades del lenguaje, que bloquea su mente y por esa razón no puede recordar otras “joyas” del hablar chileno, difundidas por quienes tienen la responsabilidad de educar a través del micrófono y de la palabra escrita a millones de compatriotas que no tienen la posibilidad de acceder a la educación superior. Desgraciadamente, opina mi perro, hoy las universidades privadas sólo miran la educación como un negocio -el de la venta de títulos- y es así como existen alrededor de 50 carreras de periodismo en 36 facultades, con 1.880 vacantes para el 2008, la mayoría sin exigir requisitos de ingreso y con una futura cesantía asegurada para más del 90% de los que se “titulen” dentro de cinco años.
Relacionado con lo mismo, sufre mi versado can por el estado de salud del gran Volodia Teitelboim, poeta, escritor, político esclarecido, premio nacional de literatura y gran cultor de la palabra hablada y escrita, la que usó de manera fina, elegante y refinada, culta y sofisticada, colocándose por mucho tiempo en la elite cultural chilena, esa misma a la que nunca accederán los que están dispuestos a “apaliar” la situación económica, la sequía y otras calamidades habidas y por haber y menos ¡mucho menos! aquellos que viven “conflictuados” por la “señalética”.

Wednesday, January 16, 2008

Interpelado y trasquilado

De verdad, lo lamento, pero no me puede gustar el guatón lenguaraz que oficia de vocero de palacio. Es más, me cae pero como patada en los coquimbanos. Se cuenta que el individuo en cuestión no puede viajar en avión y menos en barco, ya que el avión no vuela y el barco se cae con tanto peso, no precisamente corporal, que para más remate, también tiene.
Consulto el diccionario de la Real Academia de la Lengua y observo apenado que mentecato significa tonto, fatuo, falto de juicio, privado de razón. Y sigue… de escaso juicio o entendimiento. Porque ese es precisamente el término que acude a mi cabeza cada vez que por televisión tengo la desgracia de observar la figura del… ¡mentecato!
A no confundirse, la palabra no tiene nada que ver con “mente de gato”, ya que estos felinos domésticos conservan aún la viveza, la astucia, el sigilo, la gracia y la delicadeza de sus parientes sin domesticar; en cambio el mentecato tiene menos gracia que un partido del fútbol chileno, es casi tan astuto como nuestro bien amado que Satanás tenga en su reino, tiene menos sigilo que el “Mamo” Contreras y menos delicadeza que una gallina con tacos altos bailando el koala. ¿En qué estaría pensando la Zarina cuando lo llamó de vuelta a palacio? De seguro acordándose del inmortal Julillo en la interpretación de tropecé de nuevo y con la misma piedra. Durante la interpelación parlamentaria, hecha por un desatinado de Renovación Nazi-anal, le pegaron en el suelo al mentecato, no quedándole otra que hacerse la víctima y buscar la compasión pública, en un espectáculo que da cuenta por qué, entre otras razones, este no será nunca un país desarrollado, pues la sesión parlamentaria parecía cumpleaños de monos cocidos, con todo el respeto que los monitos merecen.
Por si esto fuera poco, el mentecato, según Carlitos (opinión que comparto), adora las cámaras de televisión y no pierde oportunidad de “lucirse” frente a ellas, disparando sandeces a diestra y siniestra, la mayoría de ellas para escucharse a sí mismo, exactamente como lo hace un mentecato… ególatra por añadidura. Con esas “condiciones” está como anillo al dedo para trabajar en Morandé con compañía, en la sección de che Copete. Junto a esos pobres muchachos desguañangados y mal empaquetados que lo acompañan, haría furor hablando idioteces.
Mi perro Horacio, incapaz de emitir juicio sobre las cualidades o defectos personales de cualquier individuo, se ha fijado en el aspecto político y le llama la atención que el mentecato tenga gran parte de su familia, hermanos, sobrinos, tíos, primos y similares como militantes o simpatizantes udiosos, no pareciéndole raro que el profesor de historia también mantenga lazos fraternales con el movimiento nacional socialista chileno, haya sido de Patria y Libertad y adore en secreto a Hitler, soñando en la instauración definitiva del Tercer Reich. No por nada dice Horacio, el mentecato acaba de terminar su servicio militar, programa especial para la tercera edad, junto a lo más recalcitrante de la sociedad chilena, recibiendo el grado de gran cachafaz, mención lengua suelta cretinus absolutorum.
Observa mi esclarecido can, que esta es otra muestra de que la derecha, la ultraderecha y la concertraición son la misma cosa, sirven a idéntico amo, conocen un solo color, el del billete y si pelean, bueno, en algo hay que entretenerse, ¿no le parece?

Tuesday, January 01, 2008

Carnavales Culturales

Con asistencia de la zarina Bacheletovna, se iniciaron los carnavales culturales en la bella, vieja, hedionda y destartalada ciudad de Valparaíso (pero no por eso menos bella). Por supuesto y como siempre sucede cuando asiste gratuitamente una enorme cantidad de “ingleses de América”, se manifestó en todo su esplendor la fina y exquisita cultura of the chilean people. Terminado el acto sobre el escenario, comenzó a derramarse por el plan porteño una muestra de refinamiento y sofisticación pocas veces vista. Al ritmo de la música del Lago de los Cisnes, comenzó el peñasqueo de vitrinas, transeúntes, pacomios y autoridades civiles, militares y eclesiásticas ¡señores!, que era un gusto. Acompañados por los compases de la Sonata Nº 3 para violín y piano en re menor op. 108 de Johannes Brahms, una turba intentaba saquear tiendas y supermercados, mientras al ritmo de Rachmaninov en su piano concerto Nº 2, la autoridad los correteaba a lumazo limpio.
Como la cultura poblacional y juvenil se expandía de manera digamos, molto vivace, hicieron su entrada en escena el zorrillo y el guanaco, acompañados de los exquisitos acordes de la suite del ballet Cascanueces, op. 71 b, que como todos los chilenos saben, tiene su origen en la capacidad intelectual y musical de Peter IlichTschaikovsky, acompañado en esa ocasión por el gran Luchito Barrios y también por el inolvidable Mago Jiménez. La verdad, la verdad, como dijo el inefable Tontín, es que cuando nos da por la cultura no hay quien nos pare, peleas a puñetes en la plaza de La Victoria, armas blancas en la subida Ecuador, intentos de violación a unas muchachas en el sector Aduana, drogados, meados y cagados en el muelle Barón, carreras, quebrazón de botellas, orgía cultural matizada con Mozart y su Concierto para piano y orquesta Nº 29, que comenzó con allegro moderato, siguió con allegretto, para terminar con allegro con spirito una vez que aparecieron los verdes montados y al son de “Caballería rusticana” de Mascagni detuvieron a un centenar de cultos y los enrejaron hasta que despejaran sus cabezas de tanta borrachera intelectual, cultural, musical, plástica y violenta de aquella noche. La fiesta terminó con la interpretación conjunta de la obra “Carnaval de los animales”, del conocido autor Camille Saint-Saëns (1835-1921).
Mi perro Horacio, embelesado con la música del Concierto Nº 5 en mi bemol mayor op. 73, “Emperador” de Beethoven, está absolutamente de acuerdo en que lo sucedido en la jornada inaugural de los carnavales culturales porteños, representa fielmente la cultura que han adquirido sectores mayoritarios de chilenos durante estos últimos treinta años, gracias a las políticas educacionales entregadas por los servidores del sátrapa primero y por los gobiernos de la concertraición después. Lo anterior, con gran ayuda de los medios de comunicación oficialistas, especialmente la televisión, donde la cultura es una palabra desconocida y abundan los programas farandulescos, las teleseries, el chiste y el sketch subido de tono, grosero, de doble sentido y de mal gusto. Cooperan en esta tarea los noticiarios, que destacan -en honor al rating- asesinatos, asaltos, robos, peleas y agresiones entre pandillas y ponen como “figuras” televisivas a verdaderos delincuentes, los que ofician de “líderes” de grupos de sabandijas asociados a los colores de algunos clubes deportivos, dejando de lado la preocupación por educar y mostrar verdaderos ejemplos de superación de muchos chilenos de empuje, dado que esas noticias no “venden”.
No menos importante, dice mi perro, es el “numerito” ofrecido por la ministra de educación, que obtiene miserables 500 puntos en la prueba para postular a la universidad, pero dice que logró 600 y también está en ese rumbo una profesora de ¡lenguaje!, que entrevistada por un canal de tv, dice: no se pa’ que me quieren loh alumnoh, tú a lo mejor queríh, a lo mejor teníh, pero no podíh, ¿cachai?. Después de eso, Horacio se lanza sobre su piano y compone las primeras frases musicales de la obra “Réquiem para un país” neoliberalis funestus, en la menor, Op. 08, Andante con motto.