Thursday, September 08, 2011

Camila Vallejo, ¿ángel o demonio?

En exclusiva –una vez más- mi perro Horacio ha tenido acceso a una investigación hecha por el senador designado Carlos Larraín, representante genuino de la derecha más momia y recalcitrante que aún tiene este país. El documento en cuestión, da cuenta de la “creación” de ese verdadero engendro demoniaco de maldad llamado Camila Vallejo. En efecto, según las averiguaciones del senador, hace 26 años, un equipo del partido “cumunista”, se dio a la tarea de juntar parejas afines a esa tendencia totalitaria y darles la orden partidaria de tener una hija. Revisados dos mil ochocientos cuarenta y tres nacimientos, dieron con la enviada del mandinga, envuelta en una piel exquisita, como hacen los demonios cuando se disfrazan de ángeles para cumplir los designios del averno. Durante la gestación, la madre comió abundantes tomates y betarragas, tomó solamente vino tinto y té rojo, mientras leía El Siglo en voz alta para que la perversa fuera recibiendo las primeras lecciones del mal. En su niñez, el único cuento que sus padres podían contarle era el de Caperucita Roja, remarcando la forma en que la niña de la historia vencía una y otra vez al lobo fascista y neoliberal. Según el pelucón Larraín, Camilita fue alimentada con abundantes manzanas rojas y grandes cantidades de sandía, reflejada la cáscara en sus lindos ojos verdes y el interior del fruto expresado claramente en su ideología. Como si esto fuera poco, sus padres, por orden del partido, sólo le permitieron ver en televisión el programa Rojo Vip. En la adolescencia, se hizo fanática de Los Prisioneros, en especial esa canción llamada Corazones Rojos. Si de fútbol se trata –continúa el pipiolo Larraín- apoyó en todas las campañas a la roja, identificándose en estos últimos tiempos con el estilo de Marcelo Bielsa. Por eso no es de extrañar, continúa el pechoño senador, que ahora haya llegado su momento y sirva al colorado Mandinga, primero embrujando a todos los estudiantes y seduciendo al 80% de la población chilena, segundo, impidiendo un gobierno brillante de Piraña y tercero, atentando contra uno de los mandamientos divinos del altísimo: el lucro. Nada ha sido dejado al azar, la manga de inútiles subversivos planificó hasta el nombre, ya que las iniciales de la maldita significan Contigo Venceremos. Por eso, termina diciendo el retrógrado Larraín, la hija de Satán no cederá en ninguna de sus posturas y espera ver pronto al Gobierno defecando sangre, por lo que recomienda buscar un héroe capaz de enterrarle una estaca de roble en pleno corazón a la malvada para que este país vuelva a ser la maravilla que ha sido para toda la gente linda en los últimos cuarenta años.
Como era de esperarse, sale en defensa de tan maravillosa mujer el mismísimo perro Horacio, héroe del pueblo y en la clandestinidad desde que comenzaron los primeros caceroleos, pues su instinto canino le recomienda aprender de la historia y no olvidar las experiencias vividas en 1973, cuando los dueños del fundo llamado Chile, furiosos al ver amenazados sus derechos fundamentales, tales como explotar hasta el ahogo a la clase trabajadora, salieron a matar con premeditación, alevosía y en despoblado. Desde algún rincón, pero atento a la seguridad de la señorita Camila, nos dice que el motivo de la rabia e histeria de la derecha chilena proviene del hecho que no son capaces de entender como una muchacha tan bella, con una figura y un encanto sólo visto en las altas alcurnias de la sociedad chilena, se haya dedicado a estar al servicio de los intereses de los más desposeídos, como es posible que una niña tan estupenda, acompañada además del “señorito Jackson” según las palabras de la veterana Matthei, se líe con tanto “roticuaco” y marche por las calles soliviantando el orden público y pidiendo más y mejor educación para la rotería. Si lo que debiera hacer esa niña, sobre todo con esa linda figura, es usar sus encantos para conseguirse un buen marido, industrial o dueño de banco, por lo menos ¿te fijas? y tener seis u ocho chiquillos, ¡harto lindos que le saldrían!, ¡cómo te va!, ¡cómo te va! No es que le tengamos envidia, nosotras también tuvimos nuestros encantos, José Ignacio es testigo, pero el tiempo no se detiene ni con todo el oro del mundo, ¡así no más, pues niña!
Termina mi perro Horacio invitando a toda la población a repudiar los cobardes ataques que día a día, principalmente por las redes sociales, lanzan en contra de la presidenta de la Fech, siniestros y anónimos personajes, los que son seguidos casi siempre por una sarta de viejas ignorantes que de universidad saben tanto como Piraña conoce de cultura general.