Asociación ilícita para la rapiña
Se trata ni más ni menos que de
119 millones de dólares, algo así como 59 mil 500 millones de pesos. Aproximadamente 2.975 casas de 20 millones de
pesos cada una. ¿Se va dando cuenta del tremendo negociado en que han
participado el director del Servicio de Impuestos Internos y su
Subdirector al “condonar” esa tamaña
cantidad de dinero a una empresa privada, justo antes que se vendiera al dueño
de otra empresa privada donde trabajó el ministro que hoy se candidatea para
próximo presidente?. Esa enorme cantidad
de dinero alcanza para pagar el sueldo mínimo durante un año a 25.690
trabajadores. Aprendan, gatos de campo
de la “concertraición”, así se tiran las manos, esa es la verdadera forma de
rapiñar, no aquella manera ordinaria y de mal gusto que durante los veinte años
de gobiernos “concertraicionistas” consistió en un zarpazo por aquí y otro por
allá, unos cientos o doscientos millones en un ministerio, trescientos
milloncitos en “Chilerecortes”o un “desmalezado” por otros trescientos más.
Cuando se pega un palo de esa magnitud y con la fuerza que lo hacen las huestes
de “Piraña”, no queda otra cosa que inclinarse y saludar tal desparpajo y
desvergüenza, reconociendo que esa manera de “hacer las cosas” forma parte de
su idiosincrasia, la han practicado generación tras generación, desde que sus
primeros ancestros se instalaron en esta angosta y larga faja de tierra, robando
y expoliando a cuanto pueblo e individuo se les puso por delante. No olvidar
que cuando pusieron pie en tierra, no tenían ni donde caerse muertos y hoy son
dueños de todo, desde Arica a Punta Arenas. No olvidar tampoco la forma en que
el señor “Piraña” hizo su fortuna en tan corto lapso, problemas con la justicia
incluidos. Esa fortuna no se logró mediante unos cientos de milloncitos por
aquí o decenas de milloncitos por allá. Esos miles de millones de dólares se
logran con manotazos grandes, a lo verdadero patrón (no embarcarse las pymes,
please), tal como lo hacen Johnson`s y
Cencosud en contubernio con sus lacayos enquistados a través de “Piraña” en el Servicio de Impuestos
Internos y en cuanta repartición pública les sea útil para tener facilidades
que les permitan seguir con las prácticas llevadas a cabo durante siglos por
unas cuantas familias chilenas, las más ricas por siempre y que dictan cátedra
cuando se trata de criticar la delincuencia, pero esa que trabaja al detalle,
al por menor, es decir sus parientes pobres, la que va presa por robar en una
casa y más encima dejando huellas y como si fuera poco, permitiendo que la
detengan y lleven presa. Nada que ver con ellos, verdaderos artistas del robo y
del despojo al por mayor, a manos llenas, con universidades, ministros,
abogados, senadores y diputados a su servicio, cuando no ellos mismos en los
cargos, si esto es asunto de familia, propiedad y tradición. ¿Cuándo se ha
visto que aquellos que acostumbran a ponerle ruedas a cuánto haya de valioso en
el ámbito público tengan que pagar por ello? ¿Cómo se le ocurre que se deba
castigar a quién se lleva para la casa lo que por tradición es suyo? ¿Te fijas?
No olvida mi perro Horacio que
durante la dictadura de nuestro bien amado Sátrapa, que Satanás tiene sentado a
su diestra, los interventores de grandes empresas públicas las compraron a
precio de huevo y más encima con préstamos blandos del Banco del Estado. Eso
que habían sido nombrados para proteger los intereses de la Nación en esos
activos. Se trata de los mismos piojos resucitados que hoy ocupan las pantallas
del televisor hablando sobre el libre mercado, liderazgo, emprendimiento,
innovación, sinvergüenzas que debieran dictar cátedra en las cárceles sobre las
mil maneras de saquear al Estado chileno y salir libres de polvo y paja, a ver
si por lo menos la sociedad se ahorra unos cuantos miles de dólares en menos
juicios y gastos de abogados, otros que bien bailan.
De esta manera y habida cuenta de
la organización social y económica que nos envuelve, es difícil ser honrado
ganando 193 mil pesos mensuales y tragándonos la rueda de carreta que si se
paga más el sistema se desmorona. Termina mi perro Horacio reflexionando que bien
como las reverendas debe ser el sistema dado que es incapaz de generar un salario
justo para los trabajadores mientras produce infinitas ganancias para los
poderosos, los mismos que tienen al gobierno del señor Piraña enteramente a su
servicio, dispuestos para todo tipo de latrocinios.