Wednesday, June 25, 2008

Nada se pierde ni se crea, sólo se transforma

Lamentablemente, no hay tema para escribir. Podría haber escrito sobre las platas que faltan por rendir en el Ministerio del Trabajo, pero ya se informó que se trata apenas de un atraso de seis años en dar cuenta, pero que ningún peso se perdió, se están reuniendo todos los papeles e informes para justificar hasta el último centavo, igual que en Chilerecortes, en Enap, en Ferrocarriles, en el Mop, los sobresueldos, los sueldos dobles, los contratos a parientes de autoridades civiles, militares y eclesiásticas ¡señores!, la Municipalidad de Huechuraba, de Iquique, Codelco, “Chantantiago”, el Metro, etc., etc., etc., etc. (hay 100 etcéteras más, los que no aparecen por razones de espacio. N. de la R.)
Otro tema podrían haber sido las platas que faltan por rendir en la División de Organizaciones Sociales, entidad dependiente del lenguaraz Vidal, gran Cachafaz y gorrión de la Merced, pero su director explicó que la factura por calzones rojos de lana se justificaba plenamente, pues las socias del club de ancianas Las Palomitas del 30, viajaron a conocer la nieve y se debían proteger para no resfriarse. Del mismo modo, los cinco millones gastados en la botillería de don Pepe, no tenían otra intención que no fuera calefaccionar a los socios del Club de Tango Cambalache cuando fueron a presentar sus coreografías del ritmo del tres por cuatro en el frío gimnasio de Pencahue. Los gastos en pañales desechables, preservativos, toalla Nova, jabón desinfectante y 50 botellas de whisky Chivas Regal tienen su origen en una visita turística a la ciudad de Putaendo, así como también no hay ningún reparo en las facturas por veinte millones en casas de masajes atendidas por la tía Irene, ya que se hizo necesario disfrutar de las bondades turísticas del lugar, ítem que estaba considerado en el proyecto presentado inicialmente y que fue evaluado por una empresa externa al ministerio. Lo único que realmente hay, son funcionarios flojos, ineptos e incapaces, que guardan los papeles en un cajón y no son capaces de dar cuenta en el debido plazo, pero todo, ¡absolutamente todo!, está plenamente respaldado, incluso el viaje del Director a Sao Paulo, Brasil, para comprobar si realmente hace calor como dicen, pues se piensa en mandar una delegación de veinte presidentes de organizaciones civiles a esa ciudad y es necesario contar con la información precisa para aquello, siempre de primera mano y no de oídas. Para un completo panorama del clima en la urbe mencionada, el Director debió permanecer quince días recorriendo la ciudad y sus playas, si este Gobierno es serio y hace las cosas de manera rigurosamente técnica.
Por otra parte, mi perro Horacio, jugador empedernido, vicioso del juego hasta la saciedad, pues perdió en la ruleta gran parte de los treinta y dos millones de pesos que le pagaron en la Municipalidad de Recoleta por un estudio importantísimo sobre la manera de cagar de sus congéneres en plazas y paseos peatonales del barrio, propuso escribir sobre las irregularidades en el Municipio de Viña del Mar, específicamente en el Casino y también con la empresa GMA o algo por el estilo, pero el informe de Contraloría aún no está listo y no se tienen aún mayores antecedentes.
Por último, mi perro Horacio, decidido a ingresar de una vez por todas en la conchupancia, pues negocia asesorías con tres municipios y sobre el mismo tema, es decir, sistemas de defecación canina, propone escribir sobre fútbol u otras materias inocentes, tales como la “teteruda” esposa de un futbolista refregándose contra un fierro o la protección brindada por algunos policías a un narcotraficante, que al decir de su mamá, tenía cinco ametralladoras punto treinta con las cuales salía todos los fines de semana a cazar tortolitas al campo. Pero señora, ¿y el tanque en que lo usaba? ¡No!, si en ese vehículo se movilizaba por los cerros cuando iba a poner trampas para los conejos.

Sunday, June 08, 2008

Fútbol, pasión de multitudes

Preocupado por el bajo nivel del fútbol profesional chileno, mi perro Horacio ha decidido incursionar en esta alicaída actividad, para buscar un método que permita mejorar la participación de los peloteros nacionales, especialmente cuando les toca competir contra rivales extranjeros, pues es en esas instancias donde se han cosechado demasiadas derrotas, sobre todo si es por los puntos. Es preciso aclarar que mi perro no sabe nada de este deporte, siempre más preocupado por la filosofía de la vida y también por las desventuras a que nos han conducido, primero nuestro nunca bien ponderado sátrapa y después los gobiernos “concertraicionistas”, pero en algo hay que ocupar el tiempo sobrante en medio de tanta “coimisión”, chuecura, arreglín, cahuineo y acciones similares.
Como Horacio nunca vio un match de fútbol, se ha documentado profundamente a través de los sesudos informes que los periodistas deportivos hacen después de cada partido, leyendo más de mil entrevistas a jugadores, especialmente los derrotados. Se trabajó bien en la semana, pero nos faltó un conductor. Nosotros salimos a buscar el partido, pero parece que no lo encontramos; a diferencia de nuestros rivales, nosotros no concentramos, no hay nadie en el plantel que sepa preparar jugos concentrados, ni siquiera un caldito de carne Maggi. Fuimos con todo, pero ellos pusieron más huevos, por algo les dicen los gallinas. En realidad, jugamos mirando siempre el arco del frente, pero ellos nos pasaron el primer gol y a cobrar, es decir abrocharon el partido. Por otro lado, no nos salieron las cosas y ellos nos pintaron la cara.
Con este riquísimo material, digno de la lengua materna de Quevedo, Miguel de Cervantes y Saavedra, García Lorca y muchos otros, el cuadrúpedo ha elaborado una teoría para entregársela a los seleccionadores nacionales, seguro que cuando la pongan en práctica saldrán como absolutos vencedores en cada cotejo que disputen. En primer término, antes que comience la brega, deben buscar el partido, casi siempre está dentro de un estadio, más precisamente en una cancha, separada del resto con una rayas blancas y unos arcos. Muchos partidos se pierden porque mientras los chilenos lo buscan, el rival les mete unos cuantos goles. En segundo término, hay que tener un conductor profesional con licencia A-1, capaz de conducir incluso una cuncuna del “Chantantiago”, para que conduzca al equipo en demanda del arco contrario. Si es posible, contratar un espía para que averigüe cuántos huevos van a poner los rivales en la cancha y acto seguido hacer un convenio –a cambio de publicidad en las camisetas- con una avícola y poner una cantidad insuperable de “eggs” en la cancha, en los camarines, en los túneles, en las casetas de transmisión, en las tribunas y en las galerías, confeccionar pantalones con bolsillos para que los jugadores porten una apreciable cantidad y los vayan poniendo por toda la cancha, sin que lo note el árbitro, de tal manera que si alguien llega en ese instante al estadio, no tenga más que exclamar: ¡qué huevada! ¿no? Dotar a todos los jugadores de un tarrito de pintura y un pincel, para que al menor descuido del adversario, le pinten la cara al rival, proveerlos de diez botones y similar cantidad de ojales para que abrochen el partido y que no se preocupen de buscar un resultado, éste siempre existe y se refleja en un marcador especial dentro del campo deportivo. Cuando el partido comienza, el marcador es: ¡cero a cero!
Recomienda Horacio, no hacer caso de los comentarios y análisis de los periodistas deportivos, pues al decir del can, después de los políticos, están ellos, que se ganan la vida hablando y escribiendo estupideces. Y no me digan ¡escoba!, debido a que el autor de esta presente imbecilidad, habla y escribe absolutamente ¡gratis! y no pretende meterle el dedo en la boca a nadie con tanta pelotudez. nunca
Por último, si hasta Eduardo Galeano se ha permitido escribir sobre fútbol, ¿por qué no puede hacerlo este humilde servidor?